Seguridad nacional, también a la SSP, plantea Morena

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Ciudad de México. A petición expresa del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, el grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados presentó una iniciativa de reforma a toda la administración pública federal, que incluye integrar una secretarí­a de seguridad pública con atribuciones en materia de protección “ante cualquier riesgo o amenaza” a la sociedad, e incluso de seguridad nacional y protección civil.

En su propuesta, suscrita por el coordinador de Morena, Mario Delgado, también el nuevo gobierno propuso que su polí­tica de comunicación social sea regida por la Oficina de la Presidencia, con el apoyo de Gobernación.

Delgado también expuso por qué se busca otorgar atribuciones adicionales a la secretarí­a de seguridad:

“La mayor amenaza a la seguridad nacional es la inseguridad pública, las acciones del crimen organizado en todo el territorio nacional y la debilidad o franca inoperancia, por incapacidad o corrupción, de los cuerpos de policí­a.

“Por esa situación, no cabe separar seguridad nacional y seguridad pública; sin restablecer, en todo el territorio, la segunda, el Estado mexicano no podrá garantizar la primera”.

Ponderó que la nueva estrategia de seguridad buscará “devolver a la sociedad, la paz y la tranquilidad”, y que en ese sentido, el Presidente será quien encabece la coordinación del gabinete de seguridad: Gobernación –que mantendrá su responsabilidad en materia de polí­tica interior-, seguridad, Defensa, Marina y el fiscal General de la República.

“En la estrategia a desplegar por el nuevo gobierno, la coordinación entre Gobernación y seguridad será total y cotidiana, y el garante de esa coordinación será el propio Presidente, quien dí­a con dí­a encabezará las tareas del gabinete. Unidad de mando, visión común; preminencia de la visión civil; compromiso de respeto irrestricto a los derechos humanos y las libertades sociales, son los pilares de la estrategia”, resaltó.

En la exposición de motivos, se planteó que los gobiernos surgidos de procesos democráticos están obligados a cumplir sus compromisos de campaña y que, al contar con el respaldo mayoritario de los ciudadanos, deben actuar “independientemente de costos polí­ticos o la reticencia que pudiera presentarse en el sector público”.

En ese sentido, argumentó que para responder a las demandas de la sociedad y los ciudadanos, debe contar con instrumentos que le permitan garantizar “un auténtico Estado de derecho, cuya misión central sea que la sociedad tenga asegurado tanto el respeto a sus derechos como la posibilidad de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la población”.

Por ello resaltó que ante la pobreza que aún sufre el paí­s, y que es “intolerable e inadmisible”, la administración de López Obrador “realizará acciones que contribuyan a la superación sostenible de la pobreza”, sin descuidar “a las pujantes clases medias para que recuperen la perspectiva de mejorí­a y progreso”.

La iniciativa incluye así­ un rubro de polí­tica de bienestar, que considera un giro en la estrategia en el combate a la pobreza: “pasar de los programas sociales concebidos como paliativos, a otra que permita abrir oportunidades de trabajo”.

Asimismo, fija su postura respecto de la participación del sector privado nacional y extranjero, al plantear que el gobierno de López Obrador “será un aliado de las inversiones productivas, a las que se otorgarán facilidades, a través e una polí­tica económica y el respeto al estado de derecho; es decir, seguridad jurí­dica que requieren los empresarios”.

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