La final del mundo, como fue promovida la inédita disputa por la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate, ha devenido episodio interminable. Algo a medio camino entre el drama y el bochorno. El sábado, el ataque de hinchas al autobús del club xeneize, que provocó lesiones a varios jugadores, obligó a postergar el duelo para este domingo. Sin embargo, otra vez con horas de zozobra y miles de aficionados dentro del estadio Monumental, la Confederación Su-damericana de Futbol (Conmebol) decidió que no había condiciones para realizarlo y no dio fecha para reponerlo.
Después del anuncio, del malestar y enfado de aficionados, algunos actores empezaron a hacer señalamientos y confrontarse. Desde la trinchera de Boca surgió el reclamo de solicitar que se les declare ganadores del torneo por ser los agredidos en las inmediaciones de la cancha de River. Para la directiva de los Millonarios no hay punto de discusión y debe jugarse donde fue pactado el partido. Incluso han aparecido recomendaciones para que el duelo se realice en otro país.
Hoy tenemos que analizar una desigualdad deportiva, no están dadas las condiciones. Hay un equipo agredido
, dijo el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez; “vamos a posponer, los presidentes de ambos equipos van a ser convocados a las oficinas de Conmebol en Asunción, Paraguay, para encontrar la fecha y el día adecuados.
Es una vergí¼enza la imagen que se ha mandado al mundo por culpa de inadaptados, este no es el futbol
, agregó el máximo directivo del balompié sudamericano.