José Vázquez Portillo es un menor de edad no acompañado que formó parte de la Caravana del Migrante y solicitó su repatriación asistida a Honduras tras permanecer dos semanas en Tijuana.
“Es una situación muy dura, esta difícilâ€, comenta el adolescente sobre el ambiente en esta frontera y la reacción del gobierno de Estados Unidos.
Originario de Santa Bárbara, donde viven su madre y su padrastro, planea su regreso a San Pedro Sula por ser la ciudad donde vivió los últimos meses.
Es uno de los 20 centroamericanos que este jueves firmaron su proceso de deportación ante el Instituto Nacional de Migración en el Refugio Temporal Benito Juárez de la Zona Norte de Tijuana.
Durante la noche de este jueves, alrededor de las 23:00 horas, tiempo local, lo trasladaron al Desayunador del Padre Chava para preparar su salida del aeropuerto de Tijuana hacia la capital del país, donde estará unas horas en la estación Las Agujas de Iztapalapa y después lo conducirán hasta la frontera de Tapachula.
En compañía de regidores panistas y representantes que dicen pertenecer a la Organización Internacional de Migración (OIM), un trasporte público traslada a los varones hacia el Desayunador y a las mujeres con niños a otro albergue de esta ciudad fronteriza.
De la violencia institucional de la Patrulla Fronteriza que disparó balas de goma y lanzó gas pimienta a territorio mexicano para contener un supuesto intento de ingreso ilegal a Estados Unidos y las expresiones xenofóbicas de sectores de la población tijuanense, estos migrantes regresan a la inseguridad y a la pobreza de sus ciudades en Centroamérica.
Una mujer embarazada apretuja su cuerpo con dos niñas más que la acompañaron en este periplo de más de 30 días y, en ese abrazo, deja atrás su sueño de cruzar a Estados Unidos por San Diego, California. Dice que le aseguraron que todo estaba arreglado una vez que llegara a Tijuana, por eso se unió a la caravana, pero fue lo más difícil por el ambiente y las condiciones para proteger a sus hijas.
Allende la frontera, en la víspera de la manifestación pacífica del domingo convocada por la Caravana del Migrante para dar a conocer al mundo la urgencia de ser recibidos para su “trámite de asilo políticoâ€, Aduanas y Protección Fronteriza trasladó personal de la Border Patrol de Texas a la garita de San Ysidro y mas marines de Twenty Nine Palms al norte de California para “proteger†sus fronteras y el cruce legal de personas y del comercio, como lo justificó el comisionado de CBP, Kevin McAleenan.
El grupo de migrantes azuzados para llegar a la frontera por la canalización del Río Tijuana nunca imaginaron que su despliegue era seguido desde un Comando de írea alejado a cientos de kilómetros de San Ysidro, porque sólo vieron policías federales antimotines del lado mexicano, cables de concertina y barreras de contención de tráfico en la línea internacional, policías fronterizos y un helicóptero.
Este Comando de írea es un centro neurálgico donde se encuentran especialistas en Operaciones Aéreas, Marinas y de Campo y de finanzas de la CBP que están “estacionados todos los días durante los eventos de crisis para consultar y coordinarse entre síâ€. Se trata de un centro de operaciones de emergencia que antes se usó para coordinar respuestas a desastres naturales importantes, como los huracanes del año pasado en Texas, Florida y el Caribe.
La Operación Línea Segura va más allá de la sede de CBP, pues desde Colorado la apoya la Agencia de Logística de Defensa con el Comando Norte de Estados Unidos.
Para esta dependencia estadunidense “la clave para el éxito de la Operación Línea Segura†es la logística que trae consigo el trabajo conjunto entre el Departamento de Defensa y CBP.
Así lograron contener a los integrantes de la caravana y capturar a 46 centroamericanos que el domingo lograron cruzar a California.
Por ello, CBP se dice preparada para volver a cerrar la frontera en caso de advertir cualquier peligro en el monitoreo de la Caravana del Migrante y la operación de la garita de San Ysidro.
En tanto, ocho mil 82 migrantes han entrado a territorio bajacaliforniano, de los cuales mil 200 están en Mexicali y 6 mil 882 se mantienen en Tijuana.
Tan solo en el albergue Benito Juárez hay un registro de 5 mil migrantes: 923 menores de edad, 972 mujeres y tres mil 326 varones.