La población pobre es la que sufre mayor inseguridad alimentaria, aunque destine la mitad de sus recursos económicos en compra de alimentos y bebidas, mientras los hogares de más altos ingresos orientan una cuarta parte para ello, señala el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La gente en pobreza adquiere semillas, tortillas, huevo, aceites, verduras y azúcar, mientras que los deciles más altos de la población compran carnes, leche, frutas y bebidas, incluidas las alcohólicas. En el país, a 2016, 20.1 por ciento de la población (24.6 millones de mexicanos) enfrentó inseguridad alimentaria severa y moderada, apunta el Coneval, al señalar que la falta de acceso a alimentos de calidad redunda en malnutrición, obesidad y sobrepeso.
Esto advierte en el Estudio Diagnóstico del Derecho a la Alimentación Nutritiva y de Calidad 2018, donde apunta que mientras en la población en pobreza, alrededor de 35 por ciento sufrió por inseguridad alimentaria, en el sector de más altos ingresos apenas significó 4.2 por ciento.
El reporte agrega que el problema de la alimentación en México es un tema principalmente económico, además de que el acceso a los alimentos representa un mayor problema en las localidades rurales, ya que con datos a 2014 se encontró que sólo contaban con 11 tipos de alimentos esenciales. Ante ello deben hacer un gasto extra en transporte y tiempo para satisfacer las necesidades de consumo, refiere el estudio.
Entre 2006 y 2014 el ingreso de los hogares, en conjunto, cayó hasta 15 por ciento en términos reales, mientras que los precios de los alimentos crecieron, lo cual llevó a una caída en el gasto para carne, que pasó de 24 a 23 por ciento, mientras que en el de verduras, legumbres y leguminosas pasó de 14 a 13 por ciento.
El reporte agrega que los niños son altamente vulnerables, ya que 21.7 por ciento de los menores de cinco años en el país sufrió carencia por acceso a la alimentación básica en 2016. Al mismo tiempo, 21.2 por ciento de los niños y 24.2 por ciento de las niñas presentaban problemas de sobrepeso u obesidad en este mismo año. Además, la desnutrición y otras deficiencias nutricionales fueron la séptima y sexta causas de muerte entre los niños de cero a cuatro años.
Cifras de 2015 muestran que 3.9 por ciento de la población infantil a escala nacional presentaba bajo peso, pero en las localidades rurales era 6.4 por ciento, contra 3 por ciento de los que habitan en localidades urbanas. En cuanto a baja talla, el promedio nacional fue de 12.4 por ciento; niños de localidades rurales tienen mayor prevalencia, con 18.9 por ciento, respecto de 10.2 por ciento de los infantes en las áreas urbanas.
Otro contraste es que en el ámbito urbano, la carencia por acceso a la alimentación fue de 18.7 por ciento en 2016, mientras que en el ámbito rural fue de 24.7 por ciento del mismo año, lo que señala una brecha importante en la población de acuerdo con el tipo de localidad en que habitan. El estudio detalla que a 2016, 72.6 por ciento de los adultos presentaba sobrepeso u obesidad, situación que podría agravarse en los próximo años.