El avión presidencial TP-01 Boeing 787-8, José María Morelos y Pavón, que sólo estuvo en operaciones durante 2 años y 10 meses, saldrá de México a las 11 de la mañana de este lunes 3 de diciembre hacia un aeropuerto de California, Estados Unidos, como un primer paso para su venta, anunciaron Carlos Urzúa, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), y Jorge Mendoza Sánchez, director general del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras).
Además, el gobierno federal también venderá 60 aviones y 70 helicópteros, pero eso será detallado posteriormente por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), adelantó Urzúa.
Los funcionarios no proporcionaron ninguna cifra aproximada de cuánto dinero podrá obtener el Gobierno federal por la venta del avión presidencial que fue comprado durante la administración de Enrique Peña Nieto, pero el director de Banobras sostuvo que se mantendrá informada a la ciudadanía sobre el proceso para garantizar en todo momento la transparencia.
La venta del avión presidencial fue uno de los compromisos de campaña y forma parte de los 100 puntos que el presidente Andrés Manuel López Obrador enlistó el sábado pasado. Con la salida definitiva
 de la aeronave del hangar presidencial y del territorio nacional se honra dicho compromiso de austeridad, aseveró Mendoza Sánchez.
Precisó que la nave permanecerá en el Aeropuerto de Logística del Sur de California, en Estados Unidos, donde la empresa fabricante Boeing le brindará mantenimiento hasta que se concrete su venta.
El aeropuerto se conoce como Victorville, se ubica en el condado de San Bernardino, y la empresa lo identificó como el hangar más idóneo para el avión presidencial porque está habilitado para dar servicio y preservarla.
Con una longitud de 57 metros, una capacidad para 80 pasajeros y un costo de poco más de 218 millones de dólares, el avión presidencial José María Morelos y Pavón fue utilizado en 214 viajes desde el 3 de febrero de 2016 hasta el viernes pasado, en el último viaje que realizó Enrique Peña Nieto como presidente de México a Buenos Aires, Argentina, para acudir a la Cumbre del G-20.
El proceso de compra del controvertido avión fue iniciado por Banobras desde noviembre de 2012, durante el gobierno de Felipe Calderón. Tras adquirirlo, se lo arrendaba a la SHCP y era manejado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para trasladar al Ejecutivo federal.
López Obrador, quien asumió el poder formalmente el sábado, dijo que no utilizaría el avión presidencial, que aseguró tuvo un costo excesivo y sobre el que comentó:Â no lo tiene ni Obama
 (en referencia a quien era presidente de Estados Unidos cuando se hizo la compra de la aeronave). El mandatario dijo que en su lugar viajaría en vuelos comerciales como hizo en campaña.
El director de Banobras explicó que se analizarán los escenarios y alternativas de compra y se contará con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para garantizar la transparencia de la transacción o enajenación del avión.
Por medio de dicho proceso, el gobierno federal logrará maximizar el valor de la aeronave, evitando en todo momento cualquier afectación al patrimonio de la Federación
, ponderó el funcionario en una conferencia de prensa en el hangar presidencial que duró menos de 20 minutos y en la que no se admitieron preguntas y respuestas, pero sí se permitió a la prensa tomar fotos y videos del interior del avión.
La misión del traslado, acompañamiento temporal y mantenimiento del avión será encabezada por una tripulación que forma parte de la Fuerza írea Mexicana, concluyó.