Sergio Moro, el juez federal que encarceló al ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, ha tomado posesión como ministro de Justicia y Seguridad del nuevo Gobierno de Jair Bolsonaro, prometiendo que bajo su mandato Brasil ya no será «un puerto seguro para criminales».
Moro ha declarado que su prioridad será combatir una impunidad que, según ha señalado, sigue siendo alta. Así, ha avanzado que en los próximos meses enviará al Congreso un proyecto de ley en este sentido.
El nuevo ministro ya había anticipado que se centraría en el combate a la corrupción y a la violencia de las organizaciones criminales.
Además, ha anunciado que creará un departamento especial dedicado a la cooperación judicial internacional. «Nunca más se volverá a negar la cooperación a los países que la pidan», ha sostenido, según informa el diario brasileño ‘Folha’.
Bolsonaro ha reforzado el Ministerio de Moro poniendo bajo su órbita el Consejo de Control de Actividades Financieras (CONAF), hasta ahora dependiente de Hacienda.
Moro ha aprovechado para explicar otra vez que dejó la judicatura para trasladar su batalla contra la corrupción al ámbito político, desde donde cree que puede hacer más.
Se convirtió en un personaje popular a raíz del caso ‘Lava Jato’, con el que investigó la red de cobro de sobornos a cambio de contratos públicos.
Moro condenó a Lula a nueve años de cárcel por aceptar un tríplex de lujo en Sao Paulo como pago a sus favores políticos. Aunque el ex presidente intentó revertir el fallo, fue confirmado en segunda instancia con una pena mayor, doce años.