Caracas. La ayuda humanitaria va a entrar sí o sí a Venezuela, advirtió este martes Juan Guaidó, titular de la Asamblea Nacional (AN, declarada en desacato), ante decenas de miles de seguidores congregados en la zona este de la capital, al anunciar que la asistencia otorgada por Estados Unidos ingresará al país el 23 de febrero, un mes después de que se proclamó presidente encargado, en una declaración que el mandatario, Nicolás Maduro, calificó de intento de violación de la soberanía.
Desde una tarima, Guaidó pidió a unos 250 mil voluntarios organizarse este fin de semana en asambleas, cabildos y campamentos humanitarios itinerantes para crear un plan que habilite el acceso a la ayuda. “Atentos –dijo–, porque tendremos que ir en caravanas, en protesta, en organización, en movilizaciónâ€.
Mientras la multitud ondeaba banderas de Venezuela y pancartas con consignas como: No más dictadura, Guaidó llamó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a sumarse a su movimiento y permitir el ingreso de la ayuda al país.
Alimentos y medicinas enviados por la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos a petición de Guaidó, reconocido por unos 50 países como presidente encargado, están almacenados desde hace cinco días en un centro de acopio instalado de la ciudad colombiana de Cúcuta, que conecta con Táchira, en Venezuela.
El puente de Las Tienditas no está en uso desde 2015 debido a un ataque de paramilitares colombianos. Este acceso fue bloqueado hace una semana por el ejército venezolano con un camión cisterna, dos contenedores de carga pesada y una malla de metal para evitar el paso de la ayuda. El gobierno ha acusado que la entrega de esa asistencia sería el pretexto para una intervención militar estadunidense.
Con la finalidad de agilizar el ingreso se habilitó el lunes pasado un segundo centro de acopio en el estado brasileño de Roraima, también fronterizo con Venezuela, pero ha recibido fuertes críticas porque el gobierno del presidente neofascista Jair Bolsonaro no solicitó al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados la autorización para instalarlo.
En el Día de la Juventud Invencible, el presidente Maduro encabezó en el centro de Caracas una multitudinaria protesta en rechazo a una intervención imperialista en la que se recordaron a los muertos que dejaron las protestas del mes pasado.
Yo quiero la paz para Venezuela, todos queremos la paz, que los tambores de guerra se alejen, que las amenazas de invasión militar se alejen, dijo el mandatario mientras los asistentes vestidos con playeras y gorras rojas gritaban: “yanquis, go homeâ€.
Las manifestaciones opositoras y chavistas se repitieron en otros puntos del país, como en el poblado de Ureña, perteneciente a Táchira, y en el suroriental estado de Bolívar, entre otros.
En entrevista para la cadena británica BBC, Maduro dijo que en Venezuela no hay hambruna y enunció varios puntos de la campaña de Washigton en contra del país petrolero, que van desde un bloqueo económico, la difusión de noticias falsas y la amenaza de acciones militares, hasta la preparación de un golpe de Estado.
La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, dijo durante una reunión con los gobernadores en Caracas que la ayuda enviada por Estados Unidos viene contaminada y envenenada, es cancerígena, se podría decir que son armas biológicas. Relacionó las acciones estadunidenses con la intervención a Nicaragua en 1986, donde camuflaron armamento militar en camiones de asistencia alimentaria.
El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, llamó a Guaidó a dialogar en el Mecanismo de Montevideo. Durante un encuentro con los 120 miembros del Movimiento de Países No Alineados en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, expresó que su gobierno quiere profundizar la cooperación con agencias de la ONU en ámbitos en los que la economía venezolana ha sido muy impactada.