La Guardia Nacional va. Con el respaldo de todos los partidos políticos representados en la Cámara de Diputados, se aprobó la minuta de reforma constitucional que dará cauce a la creación del cuerpo armado con mando civil, y que concederá al gobierno federal de un rango temporal de cinco años para que las Fuerzas Armadas, el Ejército Mexicano y la Marina regresen a sus cuarteles, una vez conformada la guardia. Con 463 votos a favor y uno en contra se avaló el texto.
Corresponderá a los 32 congresos de los estados avalar la minuta, y una vez que reciba el beneplácito de 17 de ellos, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, podrá ordenar la publicación de la reforma constitucional en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
El reloj comenzará a correr, y en los próximos cinco años, el gobierno federal deberá tener un cuerpo de seguridad que enfrente y disminuya la violencia prevaleciente, porque el Ejército y la Marina deberán retornar a sus cuarteles, señalaron María Alemán y Rubén Moreira Valdés, diputados del PRI.
No hubo quien se pronunciará en contra del contenido de la minuta. Todos festinaron en torno a la relevancia de crear una Guardia Nacional. Ahora el consenso giró en torno dar las herramientas al gobierno para enfrentar el flagelo de la violencia y la inseguridad. Tal circunstancia ocurrió en el gobierno del panista, Vicente Fox, cuando se creó la Policía Federal Preventiva, a cargo entonces de Alejandro Gertz Manero, hoy fiscal general de la República. Y en el gobierno, del también panista, Felipe Calderón, se instrumentó la Policía Federal, Genaro García Luna.
No se vislumbraba diferendo en la aprobación, no obstante, el coordinador de Morena, Mario Delgado, puso acento con el reclamo facilón al pasado reciente. Primero reiteró que la Guardia Nacional “no va a ser suficiente para pacificar al paísâ€, y en postura que dio pie a una reacción del PRI, pontificó la propuesta del gobierno federal:
Es, “una acción de gobierno que se implementa con honestidad, sin simulaciones de frente a una nación herida por más de una década por la inseguridad, violencia extrema, corrupción, ineficacia y simulación. En adelante, la reconstrucción de una institución federal de seguridad pública, con mayor disciplina, con mejor formación y adiestramiento, con las justas condiciones laborales, con plena convicción y compromiso con México, e incluso, con mayores controles democráticos, deberá constituir un eje en materia de justicia, que en conjunto con las vastas medidas sociales y económicas que se desprenden de las políticas del nuevo gobierno, permitirán la recuperación de la paz, la seguridad y la tranquilidad en nuestro país.â€
Para Juan Carlos Romero Hicks, líder de la bancada del PAN, la situación es desesperada, porque “tenemos un país ensangrentado y el país espera resultados, resultados y más resultados. Seamos precisos, estamos dotando de instrumentos; sin embargo, no son suficientes. Para que esto funcione, se requieren cinco ingredientes que no tenemos: Primero, una estrategia integral, municipio, estado, Federación; se requieren rediseños institucionales, este es un nuevo diseño institucional, pero faltan muchos otros que tienen que probarse y que tienen que rediseñarse; requerimos pruebas de confianza; el conjunto de instrumentos normativos, llevamos varios, el artículo 19, que no es la solución completa y que tiene muchas imperfecciones, que lo teníamos a punto de tener un mejor diseño y no lo logramos.â€
Todas las voces que se expresaron esta jornada en San Lázaro, se inclinaron por reconocer el trabajo que realizó el Senado de la República, cuya minuta fue aceptada y redactada por todos, en contraposición del fracaso que se presentó en la Cámara de Diputados, se evidenció la carencia de oficio del coordinador de Morena.
Y precisamente, René Juárez del PRI, respondió a la postura de Mario Delgado. “Respeto, por supuesto, las expresiones de Mario Delgado, en estos calificativos hacia el pasado, pero no los comparto, porque al final de cuentas lo que tenemos que hacer hacia adelante, en esta realidad presente, es tratar de construir y de mejorar los esfuerzos que un pueblo pudo hacer para ir mejorando, ir atendiendo un reclamo que a todos nos lastima: la seguridad de las vidas y del patrimonio de las y los mexicanos.
“Esa misma ruta se consolidó en el Senado, se perfeccionó en el Senado y afortunadamente se obtuvo un producto que me parece será de mucha utilidad para el nuevo gobierno. Congruencia, porque votamos a favor y acompañamos a la mayoría democrática en la Cámara de Diputados para la constitución, para la creación de la Guardia Nacional civil, y responsabilidad, porque cuando se trata de temas de Estado como lo es la seguridad, no caben mezquindades ni amargurasâ€.
Incluso, en el guerrerense expresaba con un dejo de ironía y sarcasmo, mientras gesticulaba y batía lo brazos: “¡hoy la fiesta es por la guardia! ¡Querían Guardia, ya tienen la Guardia!
El petista Reginaldo Sandoval, justificó la existencia de la Guardia Nacional, pues “se ha dicho en muchas ocasiones que la Presidencia de la República hasta ahora no tiene policía para combatir la inseguridad, y hay que decirlo con claridad, hay muchos espacios territoriales que no los tiene controlados aún el gobierno, los tiene controlados la delincuencia y no se puede ir a rescatar esos espacios demográficos si no se cuenta con una fuerza policiaca del tamaño de las características de la Guardia Nacionalâ€.
Y el coordinador de Movimiento Ciudadano, Tonatiuh Bravo refirió la riqueza del parlamento abierto: “escuchar a expertos y a otras voces, particularmente, de la sociedad civil, de las instituciones académicas y de los organismos internacionales; el presidente propuso, pero el Congreso dispuso; es sano para la República el equilibrio; la Guardia Nacional que hoy se aprueba no es el ciento por ciento de lo que quería el Presidente, pero sí es el ciento por ciento de lo que queremos todos los mexicanos. Y, por último, lo más importante: dignificamos la tarea del Congreso, porque hicimos una discusión inteligente, defendimos los puntos de vista de todos, y finalmente supimos ceder y sumarâ€.