San Sebastián. Woody Allen afirmó este martes en San Sebastián, España, que el gobierno de Donald Trump ha generado el mejor humor satírico en años en Estados Unidos, porque pese a todo la gente quiere reír.
En conferencia de prensa para anunciar el rodaje de su próxima película, que se desarrollará en esa ciudad española, el director estadunidense a las preguntas sobre #MeToo respondió: no pienso en los movimientos políticos o sociales, no estoy equipado mentalmente para tener mucho conocimiento sobre esas cosas.
En el Kursaal, emblemático palacio que cada septiembre alberga el Zinemaldia, el realizador reiteró: “ha habido tanta crítica y tantas quejas de la administración de Donald Trump, que se ha generado el mejor y más imaginativo humor satírico en años en Estados Unidos.
A veces, la tensión nerviosa y los hechos difíciles hacen que la gente se ría más fácilmente, precisó el veterano director, actor, guionista y músico de 83 años.
La comedia funciona en todas partes
La comedia funciona en todas partes y bajo cualquier circunstancia, ya sea provocando una risa abierta o nerviosa, sostuvo.
Allen comenzará el miércoles a rodar una comedia romántica con Christoph Waltz, Wally Shawn, Gina Gershon, Elena Anaya y Sergi López, cuyo argumento girará en torno al Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que en 2004 le entregó un premio a su trayectoria.
Aunque no ha querido desvelar el contenido del argumento, la cinta trata sobre unas personas de Estados Unidos que llegan al festival donostiarra y ocurren cosas que tienen resonancia cómica en sus vidas y en sus matrimonios.
Será un homenaje a los grandes cineastas y grandes películas que han surgido a través de la historia de los festivales de cine, explicó.
Alabó a los encuentros de cine que rindieron homenaje a directores especiales que entendían el cine como una forma de arte, pese a que admitió sentirse preocupado de que hoy día se ocupan mucho de las estrellas, la publicidad y el aspecto comercial de las películas.
El filme será una nueva muestra de su idilio con Europa, donde su cine ha sido tradicionalmente mejor recibido que en Estados Unidos.
La cinta, que mostrará escenarios icónicos de San Sebastián, como la playa de La Concha, es producida por Mediapro, que ya financió Vicky Cristina Barcelona (2008) y Media noche en París (2011).
La carrera del cineasta, de más de 50 años, se ha visto empañada por el resurgir de las acusaciones de que abusó sexualmente de su hija adoptiva, Dylan Farrow, cuando ésta tenía siete años, a principios de los 90.
A la pregunta de si había pensado en retirarse por la polémica. Contestó: “mi filosofía siempre ha sido que no importa lo que pase, uno se mantiene enfocado en el trabajo, sin importar lo que ocurra en tu vida, familia o en la política.
Me enfoco en el trabajo y eso es lo que realmente absorbe mi tiempo y mis esfuerzos, precisó.
Luego de descartar que se vaya a jubilar, señaló: “Probablemente muera en medio de una toma en un set,haciendo una películaâ€.
El cineasta, quien resaltó que siempre ha trabajado con gente fantástica, consideró que los actores con los que ha rodado sus cintas han sido magníficos y que ese es el éxito de su trabajo. Les doy mucha libertad, ellos hacen una gran interpretación y luego yo me llevo los piropos.
La polémica sobre el caso de Dylan, resurgida con el movimiento #MeToo, llevó a varios actores que trabajaron a las órdenes de Allen a distanciarse de él y a Amazon a romper un millonario contrato para producir y distribuir cuatro de sus filmes, por lo que el director reclama al gigante de la distribución 68 millones de dólares.
Su largometraje A Rainy Day in New York, parte de ese acuerdo, quedó en un limbo en Estados Unidos y será estrenado en salas en los meses siguientes en algunos países europeos.
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