Enjuagues en Morena

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Golpe a golpe

Por: Juan Sánchez Mendoza

+Polevnsky y Luján impulsan a Delgado; y sabotean a Rojas Dí­az Durán

+ El colimense asegura contar con el apoyo de ¡200 diputados federales!

+ Derrumbe priista, no es cosa nueva; lo iniciaron sus militantes en 1988

+‘Alito’ visitará Tampico y Victoria esta semana, pero nadie marca ‘lí­nea’

+ Federación no debe minimizar la violencia en México; debe combatirla

Por Juan Sánchez-Mendoza

La inclusión de Mario Delgado Carrillo en el hándicap interpartidista para renovar la dirigencia de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), al parecer forma parte de un ‘enjuague’ entre Yeidckol Polevnsky Gurwitz y Bertha Elena Luján Uranga, porque ambas están interesadas en impedir que Alejandro Rojas Dí­az Durán les gane la partida.

Y más cuando las dos han sido exhibidas por el senador suplente al oponerse (éstas) a abrir el registro partidista a más/menos siete millones de simpatizantes, por temor a ser rebasadas durante la campaña formal, merced a los tropiezos que han perpetrado al frente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y del Consejo Polí­tico Nacional (CPN), respectivamente.

Por eso echan mano de su incondicional (el todaví­a coordinador del grupo parlamentario lópezobradorista en la cámara baja), quien se ufana de contar con el respaldo de 200 diputados federales –de 258–, pero sin atreverse a ofrecer nombres.

El desgaste sufrido por Yeidckol, desde que se hiciera cargo del alto mando partidista –12 de diciembre de 2017–, tras la renuncia de Andrés Manuel López Obrador, ha sido tanto que su salida ya resulta necesaria, aun cuando ella codicie perpetuarse en el poder y se oponga al mandato estatutario.

Bertha Elena por su parte, ocupa la presidencia del Consejo Polí­tico Nacional (CPN) desde noviembre 20 del 2015.

Y aunque al arrancar tempranamente esta lid por la dirigencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) –antes del proceso electoral–, operó en favor de Polevnsky, decidió jugar sola tras los resultados y la caí­da de Yeidckol en el ánimo de los simpatizantes.

Esto para no contaminarse también con el rechazo de cuadros decepcionados con la imposición de candidatos; la maniobra sucia con que se despojó de sus derechos partidistas a Rojas Dí­az Durán; y el ‘madruguete’ que armó Citlalli Ibáñez Camacho –el nombre original de Yeidckol–, para que el Congreso de Baja California decretara ampliar el perí­odo gubernamental próximo, de dos a cinco años.

No obstante, una vez que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó restituirle los derechos a Alejandro y éste denunció con pruebas la negativa de ambas a abrir el registro partidario a más de siete millones de simpatizantes, volvieron a unirse las dos mujeres.

Pero ahora, acordando una candidatura sin cola que le pisen, según ellas, por lo que se decidieron por su lacayo Mario Delgado Carrillo, para enfrentar al senador suplente.

En fin, los enjuagues en Morena empiezan a ventilarse.

PRI, aniquilado

El aniquilamiento del Partido Revolucionario Institucional (PRI), está más que justificado. No sólo por la derrota electoral más reciente, pues desde hace más de tres décadas entró en crisis, cuando la Corriente Crí­tica, en 1986, dio por enfrentar al poder omní­modo presidencial para seleccionar candidatos a cargos de representación popular –advirtiendo un hartazgo militante ante la imposición–. Y dos años después (1988) ante el desaire a sus demandas, se convirtió en Frente Democrático Nacional (FDN).

Como candidato presidencial apareció por vez primera Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, cuerpeado por (los también priistas) Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martí­nez, Andrés Manuel López Obrador, Francisco Javier Ovando Hernández, César Buenrostro Hernández, Rodolfo González Guevara, Roberto Robles Garnica, Cristóbal Arias Solí­s y otros.

Entre ellos los entonces jóvenes Ramiro de la Rosa (qepd) y los hermanos Alejandro y Alfredo Rojas Dí­az-Durán, quienes tras una persecución desmedida de Carlos Salinas de Gortari abonaron para crear en1989 –en compañí­a de otros luchadores sociales como Heberto Castillo Martí­nez (PMT), Amalia Dolores Garcí­a Medina (PSUM), Pablo Gómez ílvarez (PCM), Alejandro Encinas Rodrí­guez (PRD), Gilberto Rincón Gallardo (PDS) y hasta otros reductos de más membretes–, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), tras la derrota del hijo del ‘Tata’ Lázaro consumada con la ‘caí­da’ del sistema elucubrada por Manuel Bartlett Dí­az.

No lo fundaron por la tendencia ideológica (izquierda) que adoptó al momento de solicitar su registro sino para enfrentar al PRI que ya desde entonces lucí­a una enfermedad capital.

Luego en el membrete del Sol Azteca surgieron diferencias entre los mismos expriistas y eso dio pie a que Cuauhtémoc se postulara otra vez candidato presidencial; y que Andrés Manuel ahí­ encontrara una ‘opción’ para escalar los pináculos del partido y desde luego del poder público.

Ambos gobernaron la Ciudad de México. Y los dos, también, fueron candidatos presidenciales, aunque el tabasqueño ya logró la primera magistratura, sepultando así­ al PRI, del que fuera dirigente estatal en su natal Tabasco.

De ahí­ que hoy se confirme la hipótesis de que parte de la vieja clase polí­tica priista retornó al poder, aunque ahora camuflada de demócrata.

 

Poder omní­modo

Hasta donde observo, ninguna hoja del árbol pejista se mueve sin autorización directa de Andrés Manuel López Obrador.

Al menos en su proyecto presidencial.

í‰l es quien dispone a su libre arbitrio de cómo, cuándo, dónde y por qué asignar posiciones privilegiadas en la administración pública federal.

Prueba de ello es que verticalmente decidió las súper delegaciones que en cada entidad federativa operan a partir diciembre del 2018. Con y sin la anuencia de los mandatarios estatales.

De ahí­ que sus enlaces directos carezcan en su adelantado ejercicio de atribuciones para promover o censurar personalidades, puesto que él, se supone, les ha encargado no dejarse sorprender por saltimbanquis.

Aclaro esto porque en los dí­as más recientes se han filtrado listas de actores que supuestamente accederí­an a las delegaciones federales que supuestamente coordina José Ramón Gómez Leal.

Sin embargo con buscapiés mediáticos (filtrados a testaferros), los pancistas intentan presionar al ‘JR’ para que éste los recomiende con el mentado ‘Peje’, aunque el tabasqueño sabe perfectamente quiénes se la jugaron con él y de qué pie cojea cada uno de sus ‘neo simpatizantes’, acá en la comarca.

Y sobre todo tratándose de polí­ticos caducos (adultos y jóvenes), no sólo en sus propios partidos, sino de cara a la sociedad.

De ahí­ mi sospecha de que la supuesta lista de delegados federales próximos, que empieza a reproducirse en redes sociales, haya sido ‘filtrada’ con un doble propósito: treparse al carro de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) o ‘quemar’ a los actores ajenos a los grupos de interés local.

Cierto es que la mayorí­a de esos acelerados contribuyeron al triunfo de Andrés Manuel y ‘justificadamente’ esperan una recompensa, pero no es sensato su reclamo de posiciones a través de buscapiés mediáticos.

Menos cuando el Presidente sigue creyendo en su mutación.

No obstante algunos panegiristas del ‘Peje’, sin aún haber queso, ya dan muestras de atragantarse, apostándole a su inclusión en los roles de candidatos a delegados federales.

Relevo priista

A poco más de un mes de elegirse dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en Tamaulipas aún no se advierte la ‘lí­nea centralista’ en favor de ningún aspirante; pero supongo que antes de la visita de ‘Alito’ (la próxima semana) a Tampico y Ciudad Victoria, empezarán a parecer los ‘dados cargados’, por ser añeja la costumbre de negociar posiciones los aspirantes y los grupos de interés que en realidad manejan los pináculos institucionales.

Y que conste, no me refiero a cofradí­as polí­ticas, sino a los hombres que en verdad toman las decisiones merced a su poderí­o económico.

En cuanto al relevo estatal, hasta hoy en la arena siguen apareciendo Enrique Cárdenas del Avellano, Edgar Melhem Salinas y Alejandro Etienne Llano.

Sin embargo es de esperarse que en esa negociación quieran meter mano los exgobernadores Egidio Torre Cantú y Manuel Cavazos Lerma, según consideran los analistas y uno que otro aventurero.

Obvio es, para seguir llevando agua a sus molinos tejiendo al menos la idea de unidad partidista, mientras los todaví­a aspirantes han empezado a mostrar inconformidad.

Situación lastimosa

Junto al desempleo y la pobreza, es la inseguridad pública uno de los problemas que más lastiman a la sociedad.

El cáncer penetra hasta los rincones más apartados de la geografí­a nacional, evidenciando tropiezos en la materia. Paso a paso, el hampa ha sentado sus reales y defiende a sangre y fuego el territorio ‘conquistado’ mientras la autoridad federal hasta la fecha, no logra encontrar la fórmula para atenuar, al menos, ese lastre que atenta contra individuos y familias tanto en su patrimonio como en su integridad fí­sica y moral.

Ciudades y comunidades otrora pací­ficas, han pasado a constituirse en espacios de alto riesgo donde sólo impera la ‘ley de la selva’, sin que exista poder humano capaz de restablecer el orden.

Por el contrario, es harto palpable el tropiezo de las estrategias para frenar los í­ndices delictivos, como lo demuestran los acontecimientos que han tenido lugar en los dí­as más recientes; y eso permite suponer que se cometen en un marco de impunidad constituyendo, además, uno de los principales ingredientes que permiten su propagación.

En reiteradas ocasiones se ha comprobado que el hampa teje relaciones y logra penetrar las esferas encargadas de combatirla, lo que ha sido demostrado cuando se logra detener a facinerosos de alto rango, quienes muchas veces son servidores públicos en activo, lo fueron o sostienen relaciones de complicidad con los mandos encargados de la seguridad pública.

Es más, en el pasado reciente resultaba común enterarse de cómo delincuentes disfrazados de policí­as, mediante estipendio, lograban colarse a las mejores plazas –este mal quizá aún se practica–, a fin de estar cerca de los ‘señores’ y poder servirles adecuadamente.

Secuestros, violaciones, robos, tráfico y venta de estupefacientes, así­ como viles y cobardes asesinatos, forman parte de una larga lista de modalidades criminales que llenan a diario los espacios y tiempos de los medios de comunicación masiva y siguen al alza. Todo ello daña la credibilidad hacia las instituciones federales encargadas de la seguridad, hasta el grado de que la población agraviada ya exhibe hartazgo y miedo justificado.

Sólo cifras alegres y pretextos escuchamos por doquier por parte de los encargados de combatir el crimen, que, desafortunadamente, avanza a pasos firmes en nuestro paí­s sin que logren detenerlo las autoridades responsables en la materia.

Tendencia a minimizar

Las declaraciones de altos funcionarios gubernamentales que tratan de minimizar el caso, podrí­an formar parte del guion al que hay que acudir frente a los acontecimientos de esta í­ndole –lo entiendo perfectamente–, pero de ninguna manera se puede convenir que en ello vaya implí­cita la tentación de negar una realidad que se palpa a diario, como es la inseguridad pública.

Bajo esta óptica tendrí­amos que aceptar que los crí­menes que se cometen diariamente en todo el paí­s, en clara disputa entre mafiosos, son algo normal; “cosas naturales que no trastocan la vida de la gente y ocurren de  manera circunstancial”, como lo han sugerido funcionarios federales, aunque los sicarios tomen como escenario para dirimir sus desacuerdos las principales arterias de los municipios, carreteras y las poblaciones más recónditas.

Igual tendrí­amos que convencernos de que las armas y balas de grueso calibre –con que los hampones quitan la vida a personas, estén o no en el tejemaneje de la ‘maña’–, son artefactos que llegaron a sus manos  de pura casualidad.

Sugerir esto, es como una aceptación tácita para que los encargados de la seguridad ciudadana se crucen de brazos y no vean ni oigan absolutamente nada que ponga en riesgo el trabajo que desempeñan.

Es, también, como una invitación abierta a vivir en la resignación e indolencia.

Entonces, ¿qué están esperando los funcionarios encargados de combatir en verdad a la delincuencia organizada?

Caminante no hay camino

Aunque Andrés Manuel López Obrador se niega a reconocer que la economí­a nacional vive la peor crisis de su historia y que la reparación del daño no habrá de darse con la renuncia de Carlos Urzúa, hay analistas que sí­ saben del tema y a través de estudios objetivos, sin ningún tinte partidista ni ideológico, se han encargarlo de advertirle al Presidente que hable con la verdad.

Que no trate de tapar el sol con un dedo. Sobre todo cuando aduce que los cerca de 130 millones de mexicanos estamos en recuperación y vendrán tiempos mejores.

Incluso, hay quienes adelantan que si este año no se revierte la tendencia negativa, México caerí­a en un colapso económico, por lo que tendrí­an que tomarse otras medidas para tratar de mantener el barco a flote, como serí­an una drástica devaluación de nuestra moneda, la venta de más empresas (todaví­a) propiedad del Estado y/o un nuevo y mayor endeudamiento externo.

De otra forma, advierten expertos que trabajan como investigadores en algunas de las instituciones más destacadas del paí­s, la economí­a nacional continuará en picada y el actual régimen presidencial, como los últimos ocho que lo antecedieron –encabezados por Luis Echeverrí­a ílvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto–, estarí­a destinado al fracaso.

Se hace camino al andar

Sé bien que sin soporte alguno, aparecen opiniones mediáticas que en entredicho ponen al ejercicio periodí­stico y más a los profesionales de esta noble actividad.

Sin embargo, el caro lector bien ubica a los charlatanes de la pluma.

Y privilegia con su leí­da a los que sí­ razonan, piensan y no engañan al encabezar escritos para atrapar la atención.

En fin, todo es parte de la libertad de expresión, aunque haya casos que debieran avergonzar a quienes se autoproclaman periodistas.

Cicuta

El grupo polí­tico de Egidio Torre Cantú está representado en los equipos de campaña de Ivonne Aracely Ortega Pacheco y Alejandro Moreno Cárdenas.

Es decir, el ex gobernador le hace servicios a los dos por igual.

Y su precio: la dirigencia estatal del PRI.

 

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