PRESENCIA
ANA LUYISA GARCíA G.
            < El drama de la escasez de agua
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           Los organismos administradores de los servicios de agua potable y drenaje más conocidos como COMAPA´s, enfrentan hoy una grave crisis económica reflejada no sólo en la ineficiencia de sus servicios en varios de los municipios de Tamaulipas, sino por deudas con el SAT y CFE, las cuales se acumularon durante varios lustros cubiertos por la manta de la tolerancia del viejo sistema, dado que el déficit financiero se justificaba por las aportaciones que estas dependencias hacían a las campañas político-electorales de los candidatos del entonces partido oficial.
           Era un secreto a voces que las comisiones municipales de agua potable y alcantarillado (COMAPA) eran la caja chica del partido en el poder, además de que algo debió quedarse en el camino durante la transferencia de fondos usualmente en efectivo, entre ese organismo y los beneficiarios políticos.
           En esta capital hubo casos de algunos gerentes que de la noche a la mañana se hicieron de residencias que no concordaban con sus ingresos, pero el vicio no fue exclusivo de Cd. Victoria, donde además en reciprocidad por la anuencia ciudadana se cobraron durante muchos años cuotas mínimas en las colonias populares donde está el voto mayoritario y que además se justificaba por el nivel socioeconómico de las familias asentadas en esos sectores.
           En Tamaulipas se cobra una de las cuotas más bajas, por ejemplo no se pueden comparar las de Tampico con las de Guadalajara, tampoco hay comparación entre un servicio y otro.
           El dilema que se encuentran ahora los gobiernos panistas que heredaron el problema, es que no pueden subir tarifas porque no proporcionan un servicio eficiente, ni siquiera mínimo, hay colonias de diferentes ciudades que se han acostumbrado a vivir sin fluido en sus llaves, algunos lavan su ropa y se bañan en casa de familiares y utilizan un mínimo de agua que compran en garrafones que son rellenados en centros de abasto que resultan más económicos que los que se venden en mini supers.
           El desabasto de agua potable lo sufren Reynosa, Matamoros, Victoria y Madero por citar las ciudades más grandes, pero también lo padecen en Llera, Burgos, Méndez Cruillas, Villa de Casas, Tula, Jaumave, Jiménez y Palmillas entre otros muchos.
           Las razones son diferentes por ejemplo en el caso del altiplano es la falta de líquido y se han hecho búsquedas a través de pozos, algunos con éxito sin llegar a resolver el problema del todo y en otros puntos el esfuerzo ha sido infructuoso.
           La circunstancias es que hay un problema que requiere ser analizado desde la visión nacional, la intervención federal y con apoyos internacionales dada la gravedad de lo que se ve venir. Desgraciadamente este es un problema que ya sufre el mundo y ante esa amplitud de demanda es necesario tomar conciencia no sólo las autoridades sino los consumidores para prepararse con los recursos necesarios para almacenar y suministrar el vital líquido, con cisternas y/o tinacos.
           Los conceptos han cambiado y las culturas del consumidor también, pero hay en el centro del país la costumbre de cubrir sus azoteas con mosaico para mantenerlas limpias y captar agua lluvia que baja a una cisterna usualmente subterráneas y de las cuales se obtiene agua para la cocina e incluso se puede tomar. No todos tienen la capacidad económica para realizarlo, pero muchos si pueden hacerlo.
           Lo mismo pero de una forma más modesta son las piletas construidas en el traspatio que pueden ser alimentadas con agua lluvia pero también con agua potable cuando tienen el servicio. Hay en Victoria sectores donde las personas tienen que levantarse a las 4 o 5 de la mañana a esperar que llegue el agua para llenar sus recipientes o piletas.
           El problema es muy serio y tiende a convertirse en grave. Pero no hay autoridad que se tome la molestia de sembrar una nueva cultura en la administración del vital líquido, ya no basta cuidarlo y no desperdiciarlo.