El Levantamiento Indígena, la temida protesta de los pueblos originarios de Ecuador, cumple esta semana treinta años desde su primera convocatoria, con objetivos que siguen siendo actuales: «No al FMI, No a la deuda», «No al imperialismo» y por un «Estado plurinacional».
Una mejor distribución de la tierra para los campesinos, la oposición a políticas económicas impopulares y el apoyo a demandas de otros sectores como el de estudiantes y sindicatos, fueron elementos que entonces llevaron a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) a convocar al levantamiento contra el Gobierno del socialdemócrata Rodrigo Borja (1988-1992).
El 4 de junio de 1990, un grupo de dirigentes de esa organización, creada apenas cuatro años antes, ocupó la Iglesia de Santo Domingo, en el casco colonial de Quito, mientras el resto del país fue paralizado por grupos de indígenas que cerraron carreteras.
Tras más de diez días de «levantamiento», el Gobierno de Borja aceptó negociar y solucionar sus demandas, sobre todo en los procesos de «afectación de tierras» en favor de campesinos históricamente marginados.
LA MISMA MARGINACIí“N Y POBREZA
Para conmemorar este acontecimiento, grupos indígenas y académicos han organizado un conversatorio virtual con «Las voces del primer levantamiento del Inty Raimy», en el que intervendrán varios intelectuales indígenas como Blanca Chancoso, Vicente Chuma, Vicente Chato y Cristóbal Tapuy.
Justamente, Chancoso, una de las líderes de esa época, recordó el proceso y observó que las causas que entonces motivaron esa reacción popular siguen latentes, como son la marginación y la pobreza.
Chancoso, hoy de 65 años, comentó a Efe que esas causas surgieron desde el mismo tiempo de la colonia española, donde se fueron incubando las razones para una reacción que ha clamado históricamente por «respeto».
«La lucha ha sido contra el capitalismo y contra el imperialismo», remarcó la dirigente que, al revisar los documentos que ha acumulado durante su vida, encontró las octavillas en las que su organización ha planteado recurrentemente su oposición «al pago de la deuda externa».
«Hoy nuevamente estamos diciendo No al pago de la deuda externa, primero la vida, y otra vez estamos atravesando por una crisis», agregó al identificar a grupos poderosos como los que siempre se benefician con las «políticas anticrisis», que suelen aplicar los Gobiernos.
LA RESISTENCIA CONTINíšA
La líder indígena señaló al actual presidente Lenín Moreno por generar políticas para beneficiar a un grupo de 270 personas poderosas que, según ella, han sido beneficiados con la extinción de impuestos en mora y con el pago de bonos de deuda externa que poseen.
Para ella, los pueblos de Ecuador, como antes, aún deben dirigir luchas de «sobrevivencia y resistencia», ya que las condiciones de exclusión de antaño aún subsisten.
La Constitución establece a Ecuador como un Estado Plurinacional y Multicultural, recordó Chancoso, pero se lamentó de que en la práctica, se siga imponiendo una visión de «Estado uninacional».
Para ella, hay que «repensar la democracia» y considerar que son las representaciones sociales tanto o más importantes que las políticas.
Pese a que la Conaie considera que los pueblos indígenas representan cerca del 30 por ciento de la población del país, aunque oficialmente se calcula en un 7 por ciento, Chancoso dijo que esto no se refleja en las representaciones, por ejemplo, del Ejecutivo o el Legislativo.
Sin embargo, recordó que el hecho de que la Constitución recoja el principio de Estado Plurinacional es una conquista de los pueblos de Ecuador a través de luchas que han costado muchas vidas.
EL CAMINO DEL «SWMAK KAWSAY», EL «BUEN VIVIR»
Para ella, el camino del «levantamiento» seguirá latente en el país, aunque dijo que la convocatoria a una estrategia como esta depende de las condiciones reales y de los objetivos establecidos en cada coyuntura.
La lucha del pueblo, añadió, debe dirigirse por «el camino del Swmak Kawsay», el «Buen Vivir» en quichua, y sigue siendo necesaria para «resistir» a los atropellos de los poderosos.
Por ello, Chancoso no descartó que se pueda dar otro «estallido social» en el país -como el que ocurrió en octubre pasado a raíz del después abolido decreto de eliminación de subsidios a los combustibles- y que se extendió a otros países de la región como Chile y Colombia, aunque insistió en que ello dependerá de las condiciones de cada momento.
El Gobierno de Moreno -dijo- «se ha aprovechado de esta pandemia (del coronavirus) para inmobilizarnos, mientras sigue sacando decretos» de medidas impopulares, aunque, pese a la cuarentena han habido grupos de estudiantes, sindicalistas y otros grupos sociales que «han empezado a salir a la calle para protestar».
«El Gobierno parece estar burlándose», pero «la lucha va a seguir», apostilló Chancoso.