Cuatro miembros de la coalición internacional liderada por Estados Unidos que lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) resultaron heridos este lunes después de que un avión militar chocara contra un muro al aterrizar en una base aérea al norte de Bagdad.
El portavoz de la alianza internacional, el coronel Myles B. Caggins III, informó hoy en su cuenta de Twitter de que una aeronave de tipo C-130H Hercules de la fuerza aérea estadounidense se salió de la pista de aterrizaje de la base militar de Taji, a 30 kilómetros al norte de Bagdad, y se estampó contra un muro, causando heridas a cuatro personas.
El incidente sucedió a las 22.10 horas (19.10 GMT) y el portavoz aseguró que los heridos están siendo tratados en las instalaciones médicas del campamento y que sus vidas no corren peligro.
Asimismo, apuntó que «no se sospecha» que el incidente fuera producido por «actividad enemiga» y dijo que en este momento los hechos se están investigando.
EEl avión, procedente de la base aérea Ali Al Salem de Kuwait, sufrió «daños estructurales» y se prendió «un pequeño fuego», mientras que el resto de la tripulación fue evacuada por el personal estacionado en el campamento de Taji.
La base aérea de Taji es uno de los campamentos militares más grandes de Irak y alberga a personal estadounidense de la coalición internacional que ayuda a las fuerzas de seguridad iraquíes en tareas de asesoramiento y entrenamiento, aunque de momento están suspendidas temporalmente por la pandemia.
La coalición internacional, además, se ha retirado de al menos seis bases iraquíes después de una escalada de tensión entre el Gobierno iraquí y Estados Unidos tras la muerte del poderoso general iraní Qasem Soleimaní en un bombardeo selectivo en Bagdad por parte de Washington.
Aun así, la alianza antiyihadista sigue bombardeando esporádicamente posiciones donde se encuentran células de Estado Islámico en el centro y norte de Irak en colaboración con las autoridades del país.
El pasado 11 de marzo, dos militares estadounidenses y uno británico perecieron en un ataque con casi una veintena de cohetes contra la base militar de Taji, un incidente del que Washington responsabilizó a la milicia chií financiada por Irán Kata’ib Hizbulá.
Tres días después, otros tres miembros de la coalición internacional y dos militares iraquíes resultaron heridos en otro ataque con cohetes contra la misma base.
Tras estos ataques, el Comando Central de Estados Unidos indicó a principios de abril que está «moviendo sistemas de defensa a Irak para proteger de diversas amenazas aéreas a miembros de servicios iraquíes, de la coalición y de EE.UU».