Desde Esta Esquina.
Melitón Guevara Castillo.
A lo largo de los años la justicia ha recibido dos calificativos: que se vende y que es ciega. En realidad, estoy convencido, la respuesta está en función a como, a unos y a otros, les ha ido: se vende porque, por lo regular, es rápida, pronta y expedita para quienes tienen dinero; pero, en ocasiones, es ciega, en virtud de que encuentra culpables a quienes no lo son… pero otros, por eso dicen: tarde, pero llega.
Lo cierto, incuestionable, es que la gente de uno u otro país, siempre espera que haya justicia. Incluso, aunque no debiera, se alegra, le da gusto, cuando el brazo de la justicia alcanza a quien, con orgullo y soberbia, hace una constante exhibición de la riqueza, digamos, malhabida. Tal es el caso, muy reciente, de Chihuahua que se alegró con la detención de Cesar Duarte, exgobernador, en los Estados Unidos.
NO SE VENDE.
Hace muchos años, en un programa de televisión entrevistaron a expertos abogados sobre el tema de la justicia. Ahí el abogado Juan Velázquez, sin ruborizarse, explico que la justicia no es ciega ni tampoco se vende. Que la cuestión, en todo caso, es la capacidad económica del acusado para contratar a los mejores abogados. Así, con esta explicación, es fácil entender que la balanza de la justicia se incline hacia uno u otro lado.
La realidad es que, de siempre, las acusaciones hacia los jueces y magistrados de vender la justicia están a la orden del día. Es muy reciente el caso del Marro, el líder de un grupo de la delincuencia organizada, que fue puesto en libertad; pero, no contaban, con que los teléfonos y celulares del juzgado y su personal estaban intervenidos: así se conoció que entre el personal se fraguo el tecnicismo legal para otorgar la libertad.
LA JUSTICIA DE LA 4T.
En campaña y ya como Presidente AMLO pregono su decisión de combatir, acabar pues, con la corrupción. En principio ha sido muy laxo para cumplir las leyes y reglas de una administración publica en un estado de derecho; y en la aplicación de la justicia, se entiende, a quienes han violado la ley, tengo la impresión de que se ha quedado corto: hasta la fecha, en términos reales, los servidores públicos enjuiciados han sido poco… la más emblemática es Rosario Robles que, incluso, se etiqueta como perseguida política: a nadie más han detenido por la estafa maestra.
Una de las primeras acciones de gobierno de AMLO fue la cancelación del aeropuerto de Texcoco. El argumento fue, dijo, la tremenda corrupción; corrupción que una y otra vez quien era Secretario de Comunicaciones y Transporte la negó. El hecho, real, es que si hubo corrupción, debió castigarse y no hay, nadie, pero nadie, encausado. Pero el discurso, acusador, amenazador, se reitera día con día, sobre los corruptos.
UN BIEN MAYOR.
El pueblo esta habido de sangre: en el sentido de que, quien la hizo, que la page. Nadie desconoce que efectivamente la corrupción creció exponencialmente en el gobierno de EPN. Por eso, desde
un principio, hemos esperado que la 4T encuentre culpable. Y hallo uno, a Emilio Lozoya, que huyo, fue detenido y ya está en México. Sin embargo, de inmediato, el pueblo no lo vio pisar una cárcel, pero si un lujoso hospital. Y AMLO lo justifico: tenemos que cuidar su salud, palabras más, palabras menos, porque es un testigo colaborador; va a proporcionar información… se entiende, para agarrar a un pez mayor.
Las expectativas creadas en torno al caso de Emilio son muchas. Pensamos en Enrique Peña Nieto, en que se llevara a la prisión, por primera vez, a un expresidente de la Republica. Bajo esta premisa, la justicia está siendo laxa: Emilio quiere no pisar la cárcel, por eso se declara culpable, ahora corresponde al acusador probar hechos y, construir con su colaboración, un caso mayor. En mientras, Emilio no sufre, se defiende y acusa. Se nota que tiene dinero.
PROPAGANDISTA NATO.
En el otro extremo, según algunos expertos, AMLO aparece como un propagandista nato: crea distractores para minimizar sus fallas y errores; y utiliza, en este caso, la justicia para amenazar y buscar neutralizar a sus oponentes rumbo a las elecciones del 2021: la elección de la Cámara de Diputados, para garantizar que MORENA siga siendo mayoría