Esa cantidad, de la que informó la Presidencia francesa, fue decidida en una videoconferencia de donantes en la que París y Naciones Unidas reunieron a una treintena de mandatarios y altos responsables de todo el mundo y de instituciones como la Unión Europea (UE) o el Banco Mundial para coordinar el apoyo.
Su objetivo era responder a las necesidades más urgentes sobre el terreno, especialmente en los ámbitos sanitario y alimenticio, y avanzar que más a largo plazo sus participantes están dispuestos a respaldar la recuperación económica y financiera libanesa, si las autoridades locales se comprometen a efectuar reformas de peso.
Este encuentro -convocado el jueves en Beirut por el presidente francés, Emmanuel Macron- contó con la participación de los mandatarios de Estados Unidos, Donald Trump; de Brasil, Jair Bolsonaro, y del propio Líbano, Michel Aoun, así como del jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, y del primer ministro italiano, Giuseppe Conte, entre otros.
La movilización económica anunciada será detallada «en los próximos días» e irá acompañada del despliegue «de varios centenares de expertos técnicos de emergencias y de varios centenares de toneladas de ayuda, especialmente de medicamentos de emergencia, ayuda alimentaria y material de rehabilitación urbana».
Francia solo indicó su aporte de 30 millones de euros y señaló que la ONU será la encargada de precisar de forma minuciosa el balance.
COORDINACIí“N DE LA AYUDA POR LA ONU
La declaración final subraya que «el Líbano no está solo» y que el apoyo debe ofrecerse de manera eficiente y transparente, directamente a la población libanesa y bajo la coordinación de Naciones Unidas.
Los cálculos de la ONU facilitados a los participantes cifraban en 116,9 millones de dólares (unos 99 millones de euros) las necesidades más urgentes a raíz de la explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio, que dejó además a unas 300.000 personas sin casa por daños en sus viviendas.
Aunque ni Aoun ni el líder del partido proiraní, Hasan Nasralá, quieren que en la investigación de los hechos participen extranjeros alegando la soberanía del Líbano para manejar sus asuntos, Macron fue firme este domingo a la hora de reclamar unas pesquisas independientes.
«Este ofrecimiento de ayuda incluye igualmente un apoyo a una investigación imparcial, creíble e independiente sobre las causas de la catástrofe. Es una petición fuerte y legítima del pueblo libanés. Es una cuestión de confianza. Los medios están disponibles y deben ser movilizados», dijo al inaugurar la cita.
NECESIDAD DE REFORMAS
La ayuda, según se ha precisado desde Francia, no es un «cheque en blanco». Aunque los fondos de urgencia se ofrecen sin condiciones, el apoyo posterior sí está supeditado a cambios profundos en un país en crisis.
«Ha llegado el momento de despertar y actuar. Las autoridades libanesas deben poner en marcha ahora las reformas políticas y económicas solicitadas por el pueblo libanés, que permitirán a la comunidad internacional actuar de forma eficaz junto con el Líbano para su reconstrucción», añadió Macron.
De momento, el primer ministro del Líbano, Hasan Diab, consideró este sábado que la forma de salir de esta crisis es a través de unas elecciones anticipadas y se mostró dispuesto a encabezar un gabinete durante dos meses para llegar a los comicios.
Su promesa se produjo en una jornada de protestas que derivó en violentos enfrentamientos entre manifestantes y Policía en Beirut y que se saldaron con un agente muerto y 250 heridos, antes de continuar este domingo por segundo día consecutivo.
«El Líbano necesitará mucho apoyo para abordar los daños causados y debemos trabajar juntos para brindarlo de la manera más eficaz y coordinada», destacó Sánchez, quien ofreció prestar ayuda humanitaria a través de la UNIFIL, misión de mantenimiento de paz y de estabilidad de la ONU al sur del Líbano en la que España, con 610 militares, es el segundo contribuyente de tropas.