¿Primor para el 2021?

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DESDE ESTA ESQUINA.

MELITON GUEVARA CASTILLO.

 

¿Qué sucedió en la Cámara de Diputados al renovar a la mesa directiva del último año? Fue todo un escándalo la llegada de Dulce Marí­a Sauri Riancho a la presidencia anual; el protagonismo de Gerardo Fernández Noroña, como quien dice, le puso sabor al caldo: amago, el último mes, de que el seria el Presidente de la Cámara y, se supo, su lí­der partidista (el PT) habí­a ofrecido hasta 5 millones de pesos y candidaturas a los diputados que se cambiaron a su partido.

 

Desde un principio se dijo que le correspondí­a al PRI y se perfilo a Dulce Marí­a como la nueva Presidenta. Llegado el momento, tanto el PT como el PRI, jugaron a tener más diputados, hasta que llego la recomendación presidencial de que se cumplieran los acuerdos, para tener autoridad moral. Así­, de todos modos, fue necesario dos votaciones y al final el PRI tiene la presidencia camaral.

 

CERCANIA CON MORENA.

Nadie duda que el PRI desde que perdió la elección presidencial en el 2000 no ha sido el mismo. Su liderazgo se deterioró y se colapsó con la corrupción del gobierno de Enrique Peña Nieto. Y poner, en su momento a Enrique Meza Ochoa, como lí­der término por aventarlo al fondo del pozo. Perder la última elección, de manera desastrosa, lo coloco en la coyuntura de que, nadie, pero nadie, lo puede sacar del pozo.

 

Así­, entre sí­ que y que no, fue como Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como “Alito”, se convirtió en el nuevo Presidente del PRI. Desde su campaña, y más cuando ya ejerce como lí­der, se espacio el rumor de su cercaní­a con Andrés Manuel López Obrador. Y, la verdad, muchos priistas hubieran deseado un partido opositor, aguerrido, pero no, el PRI con Alito, no ha dado muestras de querer chocar con MORENA… Por eso, una y otra vez, se habla del PRIMOR.

 

DOS INDICIOS.

Santiago Nieto Castillo, el de la Unidad de Investigación Financiera, tiene la ambición de pescar a peces gordos del régimen de EPN. Es su venganza personal porque lo corrieron de la Fiscalí­a Especializada sobre los delitos electorales. Creyó que era autónoma. Por eso, un dí­a presento al Presidente Manuel López Obrador un legajo sobre Miguel íngel Osorio Chong, el actual lí­der de la bancada priista en el Senado. La respuesta de AMLO lo contrario: le dijo NO, no habrán tantos frentes. Y lo primero que pensó es que lo protege.

 

Hay, por otra parte, una y varias evidencias de como los priistas no quieren convertirse en opositores a MORENA. La actitud, tanto de los diputados y senadores, ha sido en ese sentido: no buscar una confrontación, no enfrentamientos duros. Hagan de cuenta que, en ciertas cosas, el PRI ha actuado como una especie de bisagra: que abre opciones, tanto para MORENA como para la oposición. Ha jugado esa postura y, se entiende, es la que nace de la dirigencia del partido. Ni uno ni otro, ha iniciado una confrontación, de la cual no haya punto de retorno.

 

LA 4TRANSFORMACIí“N.

Un poco antes del proceso electoral, durante la campaña de AMLO, que recorrí­a uno y otro Estado en busca del apoyo ciudadano, se fue dando un escurrimiento de priistas hacia su movimiento. Aquí­ en Tamaulipas se recuerda, entre otros a Javier Villarreal de Mante y a Felipe Garza Narváez como Eduardo Gattas del PRI. Fue cuando apareció la critica a AMLO y MORENA: Que la 4 Transformación que pregona, no es más que la transformación del PRI, como un proceso de evolución, tal y como sucedió en otros tiempos.

 

Con la revolución nació el Partido Nacional Revolucionario; que luego, ya institucionalizada la revolución, se transformó en Partido de la Revolución Mexicana. La tercera transformación que, quizá dirí­an sus crí­ticos, la institucionalización de la corrupción y la impunidad: El Partido de la Revolución Mexicana. Y ahora, en este momento –por decir Tamaulipas-, el PRI no tiene nada que hacer en la próxima elección: su único refugio, opción, es que MORENA lo acepte y participe en alguna coalición… Al final, ¿MORENA absorberá a los últimos priistas?

 

Es una idea descabellada, pero al final, no olvidamos que en la polí­tica, nada es imposible.

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