Victorenses critican y se burlan de “XICO” por no izar bandera en dí­a histórico

Chantal Martí­nez Dí­az
De nueva cuenta al alcalde de Victoria Xicotécatl González Uresti le ‘tundieron’ en las redes sociales pues hoy mismo en el 210 Aniversario del Inicio de la Independencia se le olvidó izar la bandera de México en el asta de la Presidencia Municipal.
Apenas hace ocho dí­as mientras desarrollaba su perorata en el segundo informe de Gobierno, el alcalde daba cuenta de un patriotismo que hoy brilló por su ausencia.
“Mi patria… la tierra más brava, noble y generosa… mi corazón, mi sangre y toda mi pasión de mexicano siempre estarán listos para accionar frontal y con decisión hacia las luchas sociales de mi pueblo”.
Y hasta expresó que la emoción al escuchar el himno nacional mexicano le erizarí­a la piel estuviera donde estuviera y que a su bandera, “la reina de la banderas, con orgullo y amor te defenderé en cualquier momento y en cualquier lugar… Mi México, mi vida te pertenece… Soy quien soy por amor a mi patria”.
Hoy, una semana después volvió a dar cuenta de los tropiezos, de un falso patriotismo al abandonar la capital de Tamaulipas, donde se ha ganado el repudio del pueblo ante la desidia de hundirla. Hoy mismo se le olvidó que como autoridad está obligado a izar la bandera a toda asta en esta fecha emblemática para las y los mexicanos.
Izar la bandera es una de las acciones de mayor respeto y solemnidad hacia el lábaro patrio, hacerlo recuerda la soberaní­a e independencia, por lo cual es fundamental elevar el sí­mbolo a toda asta, a manera de celebración de uno de los acontecimientos más importantes para la nación. Dentro del calendario oficial, el 15 y 16 de septiembre se encuentran marcados para lucir en cada asta la bandera en todo su esplendor.
Aquí­ en Victoria, se les olvidó y el pueblo se lo recordó en las redes sociales donde además de cuestionar si sabrí­a del motivo por el que está obligado a hacerlo, recordaron la lista de mentiras que ha contado, las acusaciones de desví­os de recursos públicos y, sobre todo, la indolencia con la que se maneja ante los problemas más sentidos de la población.