DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
18.02.2022.
DAN PENA AJENA.
¿Qué piensa, amable lector, de los diputados, sobre todo los que son de Tamaulipas? Hubo un tiempo que, en lo general, los legisladores (diputados o senadores), me provocaban enojo al darme cuenta de los desaguisados que hacen en su tarea de legislar; más cuando, uno que otro, no puede evitar ser tachado de corrupto. Víctor Gordo, experto en imagen pública, asienta que cuando son sus clientes les recomienda: no digas que eres diputado.
Cada vez crece más mi pena ajena por la triste, lamentable, actuación que tienen los diputados locales tamaulipecos. No dan una, al grado que Armando Zertuche Zuani, el líder congresal (morenista) acaba de reconocer que no saben hacer leyes y es que, entiéndase, no saben hacer leyes: por su formación profesional, obvio, los que tienen. El, afirma, es psicólogo… ¿Qué puede saber de leyes? ¿Qué puede saber de cómo se elabora una ley? Bien dicen, los diputados aprenden rápido a levantar la mano.
DEMOCRACIA Y AUTOCRACIA.
Cuando me entero que los diputados locales, sin sonrojarse, explican que no saben hacer leyes y piden, por eso, que les contraten un asesor: ya dijeron, le pagaran 25 mil pesos y al mes, se van a gastar más de 10 millones de pesos por eso, porque no saben hacer leyes. Aquí en cuando me acuerdo de Platón, el filósofo griego que una y otra vez proclamo que a los pueblos debe gobernarlos el mejor, el más preparado… en contraposición, entiéndase, a la democracia, donde todos tienen los mismos derechos, de votar y ser votados.
En el caso de Tamaulipas la Constitución Local establece que, para ser diputado local, basta “poseer suficiente instrucción”, es decir, no especifica si estudios de kínder, primaria, secundaria o profesional, menos va a establecer si es necesario poseer una profesión especifica. Y es que, Armando Zertuche, ya se dio cuenta que un psicólogo no puede hacer una ley. Como tampoco ha de poder, alguien que haya estudiado, si es que lo hizo, una carrera no ligada al derecho, derecho constitucional o legislativo.
AUTONOMIA O COLABORACIÓN.
Por años, quizá siglos, se ha acusado al legislativo (sea local o federal) que no respeta la división de poderes. Y es que, por decir, yo recuerdo que durante la etapa priista en el poder, nunca se pudo establecer en los hechos la famosa división de poderes tutelada por Montesquieu: el Presidente palomeaba a los candidatos a diputados y a senadores, le debían pues el puesto. Y decían, entonces, que había una estrecha colaboración entre los poderes del Estado.
En el caso local, esa estrecha colaboración, se manifestaba de una manera específica: los proyectos de leyes, en la práctica, salían del Poder Ejecutivo, era establecer las bases del nuevo gobierno y la enviaba al Congreso o, buscaba, que un diputado afín hiciera la presentación, como si fuera el autor. ¿Recuerdan la propuesta de Florentino Sáenz sobre las guardias personales? Ni modo que el la haya elaborado, solo le dio trámite y apareció como de su autoría. Ese es, sin lugar a dudas, el problema para MORENA: ni modo que esperen a que el gobernador les haga el trabajo… si piensan distinto, aunque actúen igual.
PARALIZACION LEGISLATIVA.
En el caso que nos ocupa, los legisladores locales dan pena ajena por dos. Ya confesaron, al menos los morenistas, que no saben hacer leyes y, para subsanar esa deficiencia, van a gastar un poco más de 100 millones de pesos al año para contratar asesores. Sin embargo, hay otro motivo por el cual dan pena ajena: los diputados locales no son capaces de representar al pueblo y aprovechan cualquier coyuntura para mostrar el cobre, enseñar a quien obedecen… como si el pueblo no les pagara con sus impuestos.
Dan pena ajena porque inmovilizan el trabajo legislativo según sean los intereses de los acuerdos que vayan a tomar: si favorecen al gobernador, al PAN pues, los de MORENA abandona el recinto y rompen la sesión al provocar que no haya quorum. Pero no son los únicos, también hacen lo mismo los panistas cuando los acuerdos van en torno a los intereses del pueblo. Así, en esa coyuntura, no trabajan, no toman acuerdos, no cumplen con su tarea, que es legislar.
INTERESES DE GRUPO.
La legislatura anterior, dominada por el PAN, interpusieron una controversia constitucional en harás de proteger, de blindar, al gobernador de las acusaciones de la federación; la nueva legislatura, dominada a medias por morenistas actuaron en consecuencia: pidieron a la SCJN cancelar la controversia… pero resulta que Rosa Sanmiguel Sánchez, panista que preside la mesa directiva, haciendo turismo legislativo en la CdMx, tuvo la feliz ocurrencia de ir con un notario y hacer un escrito a la SCJN para reactivar la susodicha controversia… Así, hagan de cuentas, los legisladores, unos y otros, no saben hacer leyes, pero eso sí, tomar decisiones que favorezcan determinados intereses.