DESDE ESTA ESQUINA.
Por MELITON GUEVARA CASTILLO.
La sociedad puede ser dividida en dos núcleos: el de gobernantes, que es minoría y el de los gobernados. En la mayoría de los países la democracia representativa conlleva periodos de ejercer el poder. Por decir, en Estados Unidos el Presidente dura 4 años y se puede repetir; en el caso de México, dura 6 y tiene expresamente en la Constitución Política prohibido la reelección. Otros miembros de la clase gobernante son los diputados, tanto locales como federales, los senadores y los gobernadores.
El periodo que dura un gobierno, de tiempo atrás, ha sido considerado como una magnífica oportunidad para hacer dinero: sea, porque se lo roba, por malversar los recursos públicos, o porque tienen magnificas oportunidades para traficar influencias. En fin, el siglo pasado, se acuño la expresión “nuevos ricos”, para referirse a los servidores públicos que, por lo regular, Presidentes de la Republica, Secretarios de Estado, Gobernadores o representantes populares, lograban resolver sus problemas económicos de por vida.
AMBICION DEL PODER.
Quienes llegan a tener u obtener poder, por lo regular, aunque lo disfrazan con una vocación de servicio, lo que buscan es recibir los beneficios, los privilegios o prebendas del poder: riqueza y capacidad para hacer, con él, su voluntad. En esta circunstancia hemos de hacer notar que, una vez probado el poder, el individuo –hombre o mujer-, busca tenerlo, conservarlo y acrecentarlo. Por ejemplo, AMLO, lo busco por 18 años en la oposición (antes en el PRI), así que difícil pensar, obvio, que no busca conservarlo… trascender más allá del sexenio.
Cada Presidente, cada gobernador, no pueden negar que han buscado generar un proyecto político; que sea la base para seguir ejerciendo el poder: la visión de Plutarco Elías Calles, como Jefe Máximo de la Revolución, que hacía y deshacía con el poder, está presente en cada político poderoso. Por eso, ahora que algunos, como los alcaldes y los legisladores, se pueden reelegir, no se puede soslayar que más de un Presidente Municipal piense en gobernar hasta 6 años su municipio.
TAMAULIPAS Y EL PODER.
Cada gobernador ha luchado por trascender. Por eso, recordamos que Manuel Cavazos Lerma, hablaba de una nueva generación de políticos; pero en los hechos, la historia lo consigna, no fueron capaces de heredar el poder a un amigo. Sin embargo, eso de sufragio efectivo, no reelección, que fue una consigna heredada de la revolución, para no permitir que otros Porfirios Díaz se adueñaran del poder. Sin embargo, eso quedo atrás: la reelección de Presidentes Municipales, como de Diputados Federales, ya es constitucional.
Así, por ejemplo, tenemos que actualmente MORENA cuenta con Presidentes Municipales que se reeligieron: Adrián Oseguera, en Madero; Mario Alberto López, en Matamoros y no se diga lo que ha sucedió en Reynosa: con la camiseta del PAN Maki Ortiz gobernó por 6 años; y, se prolongan 3 años más, en virtud de que heredo el poder a su hijo, por la vía de MORENA. En los alcaldes actuales, Lorenzo Morales en Güemez, por el PRI, está en su cuarto periodo.
GATTAS: ¿SERAN 6 AÑOS?
Vale observar, en este caso, la coyuntura y circunstancia de Eduardo Gattas, el Presidente Municipal de la capital tamaulipeca, por MORENA. Busco el poder y tardo en adueñarse de él. No puede ser la excepción, así que debemos de pensar que, su proyecto, es gobernar a la capital por 6 años, para sentar las bases y luego buscar otra posición de poder: la gubernatura o una representación popular, el chiste es no cometer el error de vivir fuera del presupuesto.
¿Qué debe hacer para lograr su propósito? Se ve fácil: gobernar bien, ganarse el pulso, el afecto y la aceptación del pueblo. Sin embargo, los victorenses somos testigos: inicio el gobierno dando traspiés, con problemas para resolver el problema de la basura y del agua. Así, se ha visto envuelto en una serie de eventos, que lo victimizan, pero que no logran desvanecer la problemática de los servicio públicos. Su expectativa, a corto plazo, es que AVA gane la gubernatura y pueda, así, darle más y más apoyo. Si no lo recibe, el futuro próximo está en chino.
DESEO LEGÍTIMO.
Es legítimo, muy legítimo, que un ciudadano busque gobernar. Es su derecho a ser votado, como los ciudadanos tienen el de votar por quien les merece mayor confianza. Por eso AMLO busca trascender en la historia como el mejor Presidente de México; se regocija con ser el gobernante más popular, no solo en México, sino en el mundo. Legítimo, entonces, que Gattas ambicione gobernar 6 años a la capital y luego brincar a otros estadios de poder. No será fácil, si no logra componer el carro del gobierno municipal.