Conservar la Paz

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DESDE ESTA ESQUINA.

MELITON GUEVARA CASTILLO.

17.05.2022.

CONSERVAR LA PAZ.

Es común o frecuente enterarnos de cómo, quienes ejercen algún ministerio religioso, hacen política; sea porque se reúnen con líderes o gobernantes, o tan simple porque emiten una opinión. Los victorenses aun recordamos al obispo que, sin que le preguntaran, se animó a decir que el PRI era un tomate podrido. No extraña, por eso, que de manera conjunta los obispos de Tamaulipas (4) emitan un mensaje pidiendo conservar la paz en Tamaulipas.

Durante muchos años, o elecciones pues, era parte de la rutina que un candidato (sobre todo del PRI), iniciara su campaña con una visita al obispo, al sacerdote, o con una misa en una de las iglesias de mayor connotación religiosa. Así mostraban, sin la menor duda, que profesaban una fe, que su actuar iría en congruencia y, en consecuencia, se entiende que aseguraban unos que otros votos. En otros momentos, los sacerdotes invitaban a votar.

EL PUNTO DE PARTIDA.

 

“Es responsabilidad de todos conservar la paz y cuidar que se respete la decisión de los ciudadanos depositada en las urnas, teniendo plena confianza en las autoridades electorales y en las personas que han sido elegidas para este servicio ciudadano”, puntualizan los obispos de Victoria, Tampico, Matamoros y Nuevo Laredo. Así, de esta manera, es como hacen su llamada a conservar la paz, precisamente días después de que en la zona centro se vivió momentos de incertidumbre por acciones de respuesta a la ley.

El mensaje de los obispos es claro y merece, en todo caso, una respuesta en la acción: la paz no significa, necesariamente, una acción violenta; hay en toda campaña una acción violenta en los mensajes que son parte de una guerra sucia o en los mensajes de intimidación que, unos y otros, se dirigen en plan de combate político. Pero, también, es violencia, cuando se utilizan los recursos públicos, las acciones gubernamentales, para torcer la voluntad popular.

DELITOS ELECTORALES.

Iniciamos la semana con dos noticias. Por un lado, Juan JoséRamos Charre como Presidente del IETAM, hace un llamado a la población, en especial a los ciudadanos, a ejercer sus derechos y a denunciar aquellos actos que pueden configurar un delito electoral. Y es que, día con día, al menos en las redes sociales, leemos dichos y vemos imágenes de acciones que pueden violentar la norma, pero si no hay una denuncia en las instancias correspondientes, todo queda en una denuncia mediática.

Y es que, por decir, nos enteramos de como uno u otro candidato son objeto de señalamientos, incluso de actos de corrupción, pero no hay, vaya pues, denuncias con todo y que los señalamientos sin insistentes. No fue el caso, se presume, Adolfo Sierra, el líder de los trabajadores del IMSS, que fue detenido y vinculado a proceso por un presunto delito electoral. Lo que son las cosas, irónicamente, alguien sentencio: no cayó por la venta de plazas, pero si por un delito electoral.

RESPETAR LA LEY.

El principio básico es respetar la ley. Hay, sin embargo, un detalle: la historia documenta que, elección tras elección, que son los mismos partidos políticos, sus candidatos y dirigentes, los que violan la ley. Basta revisar las resoluciones, de los órganos electorales, para darle un seguimiento a las multas por no respetar la ley: desde actos anticipados de campaña, usar recursos públicos o de no cuidar el financiamiento público y privado.

Entiendo, pienso, que los obispos al hacer su llamado, es para que no se violente el debido proceso con acciones violentas. Aun recordamos el artero crimen en contra de Rodolfo Torre Cantú y hay una larga lista de cómo, en otras entidades, han asesinado a candidatos, los han secuestrado u amenazado. Y claro, así como ellos, los obispos, los ciudadanos tampoco queremos que Tamaulipas sea testigo de eso. Nadie quiere, ni desea, que la integridad física de unos u otros sea lastimada en un proceso electoral.

EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS.

Quien detenta el poder, en cierto momento, recuerda que para conservarlo, para acrecentarlo, el fin justifica los medios. Y no, no debe ni puede ser, cuando el ejercicio del poder va aparejado con la construcción del bien común, como bien lo recuerdan los obispos de las diócesis tamaulipecas. Y para ello, acotan, el ciudadano debe votar libremente.

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