Dr. Jorge A. Lera Mejía
Por razones de trabajo, los pasados días de principios de mayo, tuve la necesidad de recorrer de extremo a extremo, los siguientes tramos carreteros de Tamaulipas.
Primeramente, desde los límites de los estados de San Luis Potosí y Tamaulipas, entre Tula, pasando por Jaumave, Victoria, Jiménez, San Fernando y Matamoros.
Posteriormente, desde Reynosa cruzando la Y griega de San Fernando hasta Victoria.
Finalmente, desde Victoria, González a Tampico.
Por estos tres recorridos en tres momentos distintos, pude ser testigo presencial, utilizando el odómetro de mi vehículo, de las distancias entre cada cuartel a cuartel de 50 kilómetros, la existencia de guardias de policías estatales en cada instalación, patrullas estatales fijas en dichas instalaciones, a la par de patrullajes dinámicos en promedios de 2 a 4 en cada tramo de los mismos cuarteles.
No solo vi patrullajes de ida y vuelta, fui testigo de como, además de vigilar, prestan auxilio vial y turístico, tanto los propios policías, además de los agentes conocidos como Ángeles azules de auxilio vial.
Quiero dejar constancia, que había escrito de este tema como periodista, además que estudiado sobre dicho proyecto de seguridad pública carretera, pero confieso que no había tenido la oportunidad de presenciarlo por mi mismo.
Es de tal magnitud el cambio de paradigma y ambiente de seguridad, que estas medidas han blindado a nuestras vías carreteras, que no dejo de recordar el miedo que mi familia y demás familias de ciudadanos y transportistas teníamos al cruzar las mencionadas carreteras estatales.
Apenas hace 8 a 10 años, no olvido que al tener necesidad de cruzar mi estado por automóvil, buscábamos utilizar las conocidas «caravanas carreteras» usando a las otrora patrullas de la extinta policía federal de caminos.
Era común escuchar historias de terror sobre asaltos y secuestros continuos en esas vías de acceso estatal.
Ahora es totalmente distinta la percepción que los tamaulipecos y resto de ciudadanos, sean familias, trabajadores, transportistas y demás usuarios de nuestras carreteras, que nos exponen el cambio expuesto a favor de dicha infraestructura, de tal forma que hoy día, las propias autoridades militares reconocen esta medida, citándola como un ejemplo nacional.
Lo anterior, al revisar las declaraciones del mando de zona militar en Tamaulipas, el pasado 5 de mayo, ante pregunta de los reporteros de necesitar más vigilancia en nuestras carreteras:
«No hay necesidad de reforzar la vigilancia en carreteras de Tamaulipas, pues está tranquilo», dijo Elpidio Canales Rosas, comandante de la 48 Zona Militar en el estado, quien destacó que no están llegando más elementos, son los enroques que se realizan en forma permanente en todas las entidades.
«Ahorita la verdad es que no hay problemática en las carreteras, Tamaulipas es un ejemplo, aparte de la Guardia Nacional hay patrullas y policía estatal cada 50 km y las carreteras están bien cuidadas».
Por estas experiencias, no dudamos en reconocer que esta política pública ejecutada en los últimos cinco años, por el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca, con el apoyo directo, del entonces Secretario de Gobierno, César Augusto Verastegui Ostos, sea visto como un verdadero ACTIVO estatal.
No quisiéramos los tamaulipecos, ver que estos esfuerzos dejarán de ser respaldados y seguir avanzando, por que el tema de la seguridad pública, no solo se debe aplicar en nuestras carreteras, también se debe seguir reforzando la seguridad en las principales ciudades y municipios rurales, en los centros de trabajo, los hogares, lugares de esparcimiento turístico e infraestructura básica como lo son aeropuertos y puertos del estado.
Así se podría seguir avanzando al tener un estado más seguro, para una economía y una convivencia más estable y ser causa de confianza y desarrollo…