DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
30.08.2022.
CONTROL PARTIDISTA.
Una y otra vez se ha acusado a MORENA de ser la 4ª Transformación del PRI (PNR-PRM-PRI y MORENA). Los motivos, o las razones, es que en principio los líderes del partido del Presidente son, incluido el, nativos del PRI: cambiaron de piel para que todo siga igual (gatopardismo). Y, en consecuencia, se utilizan las mismas prácticas. Una de ellas, entiéndase, es el control partidista.
El domingo pasado se eligió al nuevo Comité Ejecutivo Estatal de MORENA. Antes, se eligieron a 90 consejeros electorales; y con su conformación se vio, desde un principio, que el control partidista era inminente, puesto que familiares del gobernador electo, como del actual Presidente, fueron beneficiados con la nominación. No hay vuelta de hoja… y se confirmó con la elección de Yuriria Iturbe.
EL PRIMERO.
El PRI gobernó por más de 80 años en algunos casos. El hecho es que, durante ese tiempo, dio vida a prácticas y procedimientos que le permitieron tener un control de la vida política de México: uno de ellos fue hacer del partido un elemento de su estructura de control político, tanto de la sociedad como de su militancia, en consecuencia, del gobierno mismo. El Presidente de la Republica y el Gobernador, según fuere el caso, eran los jefes reales del partido.
Lo mismo sucede con MORENA. Y no es difícil entenderlo cuando, no digamos el partido, pero si los legisladores que, se entiende, son autónomos por la división de poderes, no tienen empacho en proclamar que “es un honor estar con Obrador” y atienden todas sus instrucciones, al grado que a sus iniciativas no le quitan ni una coma, porque así, explícitamente, se los ha pedido. Control, o sumisión, férrea, que conlleva a un presidencialismo omnipotente.
AVA ENTIENDE.
Américo no puede ser un tonto, no puede cometer errores que luego le pueden pesar. Ya tiene la experiencia de lo que sucedió con el Congreso: que ganaron
la mayoría; pero que luego, de manera inexplicable o muy explicable, la perdieron. Fue porque no había, en ese momento, un liderazgo capaz de aglutinar intereses. Les comieron el mandado, por eso, el control legislativo lo tiene el PAN, es decir, el actual gobierno y las consecuencias van a ser al momento de iniciar el nuevo gobierno.
Ya en la elección de los consejeros de MORENA se visualizó lo que bien puede llamarse tribus: la familia, de los Villarreal; como la de Reynosa, Nuevo Laredo, Tampico, entre otras. Y se polarizaba la lucha por la dirigencia partidista: primero se anunció a Lucero Martínez, apadrinada por Mónica Villarreal, con intención de apuntalar sus aspiraciones sobre Tampico; en tanto que, como contrapeso, aparecía Verónica Castillo, de grupo de Reynosa.
CONTROL FERREO.
Lo que pudo ser un choque de trenes, entre la familia Villarreal y el grupo de Reynosa, se resolvió, no salomónicamente con un tercero en discordia; simplemente, para evitar el choque, Américo y su grupo tuvo la capacidad de negociar, o en su caso, imponer una dirigencia que obtiene unanimidad en los votos. Y eso, siempre, provoca sospechas. ¿Qué se negoció? O, en su defecto, ¿Cómo los convencieron para que le dieran su voto, unánime, a Yuriria?
La única explicación que, en este momento, se puede tener, es que AVA sabe para qué sirve el poder.