Por Juan Sánchez Mendoza.
La mutación de nombre resulta insuficiente para revertir la ominosa imagen de la corporación policiaca estatal, pues continúan como efectivos los 4 mil 500 (+/-) elementos que durante los últimos años mantuvieron aterrorizada, prácticamente, a la sociedad civil de Tamaulipas.
En la víspera, el pleno legislativo reformó la Ley de Seguridad Pública, cambiando la denominación Policía por la de Guardia, en votación unánime –34 votos a favor, aunque hubo ausencia de dos diputadas–, simplemente, sin modificar la estrategia de seguridad pública ni de prevención del delito.
El argumento ofrecido fue que la Policía Estatal (ya extinta) tenía ‘mala imagen y deteriorada percepción de corrupción’ –¡uy, qué novedad!–, pero, desafortunadamente, ningún diputado propuso la necesidad de arrancar de raíz la podredumbre policial, como condición para que la Guardia Estatal se estrene como tal.
Es decir, iniciar con una depuración profunda de los elementos que no pudieran aprobar nuevos exámenes toxicológicos, médicos, psicológicos y poligráficos, además el socioeconómico, que forman parte de un control de confianza.
Y vaya que (el diez de octubre próximo pasado) el General de Brigada Sergio Hernando Chávez García (Secretario de Seguridad Pública), afirmó que habría Guardia Estatal hasta que se solvente el déficit de policías (por lo menos dos mil más); esté lista la infraestructura pendiente; y se resuelva el problema de la falta de patrullas.
“Así que esto no pasará de forma inmediata; pues antes, se tienen qué cumplir varias metas como el reclutamiento de personal; cambiar la manera en que operan los elementos que van a recibir capacitación sobre derechos humanos; y vigilar que los operativos salgan a realizar el trabajo asignado”, dijo.
Sin embargo, por disposición legislativa ya hay Guardia Estatal, pese a que la corporación ocupa el tercer lugar a nivel nacional con mayor número de quejas por abuso y extorsión a ciudadanos.
Por tanto, la modificación de nombre no es garantía de nada.
Es decir, en palabras llanas, resulta la misma gata… pero revolcada.
Conversiones
La corporación policiaca, es un organismo dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública, iniciando como Policía Especial de Tamaulipas.
Luego fue tranformada en: la Policía Estatal Preventiva; Policía Estatal Acreditable; Fuerza Tamaulipas; y Policía Estatal, dependiendo de la última el terrorífico Grupo de Operaciones Especiales (Gopes), que al amparo del gobierno estatal de Francisco Javier García Cabeza de Vaca cometió todos los atropellos que usted se imagine.
Desde levantamientos, extorsiones, crímenes, secuestros, abusos sólo por placer, allanamiento de morada, intimidación y demás.
Desarticulación necesaria
La conversión de Policía a Guardia (estatal), resultaría buena.
Claro, siempre y cuando sean desarticulados los grupos (mafiosos) ahí existentes que mantienen bajo control al grueso de uniformados.
Y, considero que para cumplir a cabalidad con el proyecto reformatorio del gobernador Américo Villarreal Anaya, resultaría necesaria la destitución de todos los elementos que no acrediten el nuevo control de confianza, que debe aplicársele a la totalidad de efectivos.
Sin embargo, para rescatar a esa corporación de manos criminales, no sería suficiente su cese fulminante.
Es necesario ir más allá: Investigarlos, por ejemplo.
Consignarlos, de comprobarse sus nexos con la delincuencia, para así evitar que una vez en la calle pasen a engrosar las gavillas que tanto terror causan entre la población tamaulipeca.
Sobre todo, si a la pléyade le agregamos otros elementos que, día tras día, han causado baja de manera ‘voluntaria’.
Esto ya debe haberlo contemplado el secretario de Seguridad Pública, quien seguramente en sus manos ya tiene un diagnóstico minucioso sobre todos y cada uno de los elementos que podrían causar baja definitivamente tomando en cuenta que es obligación suya conocer a fondo las debilidades y mañas de los elementos, como sus virtudes, destrezas y patrimonio.
En caso contrario estaría cometiendo un grave error, que bien podrían aprovecharlo las bandas delictivas que operan en Tamaulipas.
En fin, el estreno de la Guardia Estatal iniciará en cuanto el decreto se publique en el Periódico Oficial del Estado.
Cicuta
A Luis Eduardo Lara Enríquez, abogado de Nuevo Laredo, también le fue cancelada su patente como notario público.
Él consiguó su fiat por recomendación de Yahleel Abdala Carmona, en septiembre 7 del 2022, cuando ella fungía como la secretaria de Desarrollo Social en el gabinete de Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Por sus malos manejos en esa dependencia y tráfico de influencias, la amiga de Ismael García Cabeza de Vaca sería la primera en ser acusada y proclive a juicio penal.
¿A quién demandará, esta vez, por exhibir sus entuertos?