Calentar la plaza

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HUMO BLANCO-NOV-16-22

CALENTAR LA PLAZA

Por Clemente Castro González

Los mandos y “tropa” que se desempeña en seguridad pública bien que saben el significado del término “calentar la plaza.” Por lo general se utiliza cuando bandas delictivas están en la disputa por determinado territorio.

También puede suceder que los que dirigen los grupos criminales manden mensajes a las autoridades para que entiendan lo frágil que puede estar la situación de tranquilidad, al grado de que, de un día para otro, generan violencia y sicosis.

Llega a ser parte de la estrategia desestabilizadora Infundir terror a través de amenazas de bombas y eventos de violencia. El añadido, que no falta, es que ello puede ser un entramado al que no es ajeno lo político.

Habrá que preguntarse: ¿a quiénes beneficia y perjudica la desestabilización o su intento? Buen punto para la reflexión al inicio de un sexenio, más cuando los que deben retirarse se resisten a hacerlo y los que asumieron el mando gubernamental lo hicieron en circunstancias complejas.

Para empezar debe señalarse que vivir en un ambiente de paz puede ser producto de la implementación de adecuados planes de seguridad, para hacer efectivo el estado de derecho o debido a que, desde el mismo gobierno, se cuenta con personajes que son enlace con los dirigentes de grupos del crimen organizado para establecer acuerdos,

Eso es lo que se escucha y refieren especialistas en el tema debido a sus estudios y lo que les ha tocado vivir y documentar.

La verdad es que el poder lo tiene el Estado Mexicano al contar con La Marina Armada de México, la Secretaria de la Defensa Nacional y, en el presente mandato federal, con la Guardia Nacional.

Son las instituciones que pueden contrarrestar a las bandas delictivas y garantizar la aplicación de la ley.

Cabe decir que, hasta ahora, no hay alguna corporación policiaca estatal o local que opere y de resultados duraderos en materia de seguridad en el espacio en donde se desempeña.

En el caso Tamaulipas, se cuenta con una policía estatal con destacamentos o vertientes especificas, que tienen un nivel de preparación y operatividad pero todavía no alcanzan la capacidad requerida a fin de no solo disuadir a las agrupación del crimen organizado sino combatirlos.

Se supone que el pasado gobierno estatal fue una especie de modelo a seguir por sus logros en materia de seguridad.

Lo que se propagó, desde el ámbito oficial, es que ello fue producto de la estrategia de seguridad implementada en la entidad. Sin embargo, hay una versión que apunta a que hubo acuerdos, en lo oscurito, con los guías de bandas delictivas, sino con el conjunto de éstas si de forma selectiva.

Ello podía ser “política ficción” pero de no ser así los tamaulipecos estamos en un grave problema.

Y es que si se concretó la negociación, ésta solo aplicó a determinado periodo y, concluido, los hilos del “tejemaneje” se perdieron.

Tal vez la lógica de lo expresado no sea “bien sonante” pero si nos atenemos a que en el sexenio del panista FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, su Secretario de Seguridad Pública, GENARO GARCÍA LUNA, en la actualidad preso en los Estados Unidos, tranzo con criminales, de ahí para abajo. Es decir, no podemos asumirnos sorprendidos y menos ignorar la realidad en que se vive, en la cual los grupos de crimen organizado y su relación con funcionarios y políticos está lejos de ser un “invento genial”.

El caso es que lo que se requiere es una seguridad duradera y no aquella que se logra en base la relación con criminales o por la actuación de “secciones” policiacas de élite, que en su proceder llagar a parecerse a los delincuentes, al no tener el menor respeto a los derechos humanos.

Ahí esta la referencia del Grupo de Operaciones Especiales (GOPES), a los cuales se les ha documentado no pocos excesos.

Peor aún, se habla que, en esencia, esa élite policiaca solo respondía a las ordenes del Gobernador anterior. Incluso se menciona que fue usada para reprimir a opositores y hasta actuar en operativos durante elecciones y no precisamente para cuidar el buen desarrollo de los comicios.

¿En realidad, cuál es la capacidad de respuesta, ante eventos de violencia e inseguridad, de la policía estatal que se heredó de la administración pasada?

Habrá que observar lo que sucede y estar pendientes de eso porque se requieren resultados.

Claro que la voz cantante, ante el “calentamiento de plazas”, tendrán que llevarla los de la Guardia Nacional, militares y marinos.

Desde luego que sería mala inversión meter tijera en la corporación estatal, pero no esta de más programar la aplicación de las pruebas de control y confianza.

A lo mejor, aunque no sea algo generalizado, se tiene el enemigo en casa y debe iniciar la limpia.

Por cierto, en redes sociales se manejó que la Fiscalía General de la República (PGR), habría detenido a varios policías estatales. Se habla de más de 20.

Cabe señalar que en su propósito de cambiar a la policía, el Gobernador, AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, acaba de crear la Guardia Estatal para recobrar la seguridad y contribuir a la paz.

Por lo pronto, trascendió que el Jefe del Ejecutivo tuvo agenda, el día de ayer, en la Ciudad de México (CDMX).

Queda claro que el asunto de la seguridad es prioridad de la nueva administración.

AL CIERRE

Tal vez sea simple coincidencia pero éste martes, desde temprana hora, se corrió el rumor de que 5 o 6 diputados del

PAN iban hacer causa común con Morena para sacar adelante una serie de aprobaciones.

Hasta se habló de que los panistas estaban puestos a fin de apoyar la caída de su compañero, FÉLIX GARCÍA, de la Junta de Coordinación Política.

Pero aquello quedó en rumor porque antes de que se realizara la sesión se informó sobre una amenaza de bomba al interior del recinto legislativo. Por fortuna no paso de ser una perversa broma.

Los panistas acumularon “parque” para sus peroratas pero empieza a prender la suspicacia…

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