DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
17.11.2022.
PERDER LA VIDA LENTAMENTE.
No quiero pasar por alto una información que hace días difundió el sector salud: tiene que ver con la vida, de cómo, poco a poco la vamos perdiendo, al punto que se llega a un punto de no retorno: tras la pandemia, indica la información, se acaba de monitorear que hay 15 056 nuevos diabéticos en la entidad, tipo 2, la más común y que es una causal relevante de fallecimientos en México.
Los datos los aporta la Dirección General de Epidemiologia en su reporte semanal. Hay otros tipos de diabetes: la 1, que se desarrolla en menores de edad, así como la gestacional. Sin embargo, la que complica más la vida de los mexicanos es la tipo 2, la que se desarrolla en los adultos; es la más frecuente y, además, la que más fallecimientos provoca.
YO ME CUIDO.
La diabetes es una enfermedad implacable. Recuerdo como Carlos Santamaría Ochoa, educador en diabetes además de periodista, fotógrafo y docente universitario, un día me comento: yo me cuido, te aseguro que la diabetes no me va a matar. Un día me lo encontré en la exposición de 100 imágenes y me comento: tengo tronados los riñones y batallo mucho para ver. A los cinco meses el Creador lo llamo… es implacable porque el daño es lento, gradual y acumulativo.
Hace días se publicó el caso de Ángel Bocanegra, fue un reportaje periodístico. Su vida cambio cuando le diagnosticaron que tenía diabetes tipo 1, la infantil. Ha partir de ahí, describe, como tuvo que desarrollar cuidados en su vida: como monitorearse el nivel de glucosa diariamente (hasta 10 veces al día), cuidar su alimentación y hacer ejercicio. Hagan de cuenta, que tomo a la enfermedad como un reto de vida. Ya lleva así 7 años, inicio a los 9.
NO ES IGNORANCIA.
En más de una ocasión, quien me conoce, me dice: tal parece que no tienes diabetes. Y si tengo, la prueba es que el daño ya se presentó en mis ojos: cataratas, daño en la macula y un nervio óptico inflamado. En los riñones ya tuve un aviso. Daño que se me presento, hagan de cuenta, a los 30 años de
padecer la enfermedad… con todo y que, diariamente me tomo mis pastillas, hago ejercicio y de lunes a viernes manejo una dieta justa.
Los datos de salud indican que en el país hay 14 millones de diabéticos; en el caso de Tamaulipas, se conoce que hay 15 mil casos nuevos. La cuestión es que la cifra nunca va a bajar, a disminuir, es acumulativa. Lo que importa que haya un control de la enfermedad; y en esa, hay dos instancias: la comunal, el sector saludo, el gobierno, y la personal; la segunda, no funciona, sin la primera. La cuestión, entonces, ¿Por qué las personas, que saben tienen la enfermedad, no asumen su control?
EXPERIENCIA AJENA.
Un alumno me platico como su papa fue perdiendo poco a poco la vida: como perdió la vista, los dientes, le amputaron sus piernas, le fallaron sus riñones, hasta que un día falleció. Lo mato, día a día, la diabetes por no cuidarse. En mi caso, llegue a ver a una tía, ciega casi al 100% y con sus pies descarnados, hagan de cuenta, se le veían los huesos del talón: a partir de ese día, intensifique mis cuidados.