DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
23.11.2022.
PERDER EL TIEMPO.
“Desde chico quise ser jugador de futbol. Y fui el mejor de los mejores, pero solo en sueños, mientras dormía. Al despertar, no bien caminaba un par de pasos y pateaba una piedrita en la vereda, ya confirmaba que el futbol no era lo mío. Estaba visto: yo no tenía más remedio que probar otro oficio. Intente varios, sin suerte, hasta que por fin EMPECÉ A ESCRIBIR” (Mayúsculas mías), así explica Galeano sus deseos y en lo que se convirtió.
Entiendo a Eduardo Galeano, me gusta ver deportes, desde el futbol, tenis, béisbol, volibol o basquetbol, hasta atletismo. Son mi frustración: en la secundaria, con el profesor Omar Galán, en educación física, nunca logre resaltar… se me hacía difícil brincar los obstáculos o encestar el balón de basquetbol. Futbol, solo jugué cascaritas con mis hermanos o en el barrio del 13 Aldama y Mina.
LECTURA CONTEXTUAL.
Me gusta leer y escribir, de esto no tengo la menor duda. Y por regla, a veces, hago lectura contextual, referida al momento o a la ocasión. En este caso Mauricio Zapata hizo una recomendación en twitter: “La lectura y el futbol se llevan bastante bien. Ahora que comienza el Mundial lean ‘El futbol a sol y sombra’; ‘Cerrado por futbol’, de Eduardo Galeano o, ‘Dios es redondo’ de Juan Villoro. También ‘Fiebre en las gradas’, de Nick Hornby”.
Una tentación: baje una versión de “Cerrado por futbol” y resulto incompleta. Así que, sin nada de pena, le pedí a Mauricio que me los prestara, con la premisa de que soy “tonto”, pues regreso los libros que me prestan. Así, bajo este esquema, he leído en los tres últimos años más de 60 libros de literatura que me presta Libertad García, el mecanismo es sencillo: me presta un promedio de 6 u 8 libros, los leo, se los regreso y me presta otro tanto. Todo empezó cuando le pedí me apoyara con una lista de unos 50 libros para leer, que los iría adquiriendo poco a poco, no me dio lista, me presto los iniciales.
MIS LECTURAS ACADEMICAS.
Hago notar que mis lecturas, de toda la vida, hagan de cuenta que son contextuales. De niño, los comics, como Menín Pinguín o El Llanero Solitario; de adolescente, Selecciones y novelas de vaqueros o policiacas, en secundaria inicie la lectura de periódicos y de textos literarios, poesías, rimas y leyendas. En preparatoria el Profesor Duran nos dio una lista de libros que teníamos que leer, y todas las conseguí con amigos y compañeros de estudio.
Durante muchos años, desde los estudios de universidad hasta que me jubile, fueron casi exclusivamente textos académicos, universitarios: de política, de administración pública, de metodología de investigación, partidos políticos y de la opinión pública, llegando a especializarme en textos de comunicación política, gestión de la crisis, audiencias, la construcción de agendas.
PERDER EL TIEMPO.
¿Por qué me debo jubilar?, pregunto un amigo, director de una secundaria. Y otro, que lleva 17 años le contesto: para que ya no recibas órdenes y hagas lo que te gusta. Llevo 7 años jubilado y trato de no tener, digamos, preocupaciones o stress. Y hace días un amigo me envió unos videos y le contesto: no me hagas perder el tiempo y su respuesta, me sorprendió: pierde más viendo los juegos de la selección del Tata Martino. Me reí, pues si, veo esos juegos, los del correcaminos y de las chivas, hasta del América y el Cruz Azul.
¿Qué es el futbol? En principio es un negocio para los administradores; para los jugadores destacados es una oportunidad de fama y de dinero. Y para el pueblo, unos pueden decir que es, como la religión, el opio del pueblo y es, quiérase o no, una oportunidad para el relax, para externar alegría, compartirla, para olvidarnos de la rutina laboral… y la oportunidad de convivir, de maravillarnos con las excelsas jugados, hacer berrinches con los errores de otros. Yo disfruto los partidos de futbol: mi esposa grita, da instrucciones y Benito, que creen que hace Benito, se enoja y ladra cuando hay pleito o mucho ruido porque meten o fallan un gol.
RECUPERAR LA MENTE.
Tengo 35 años de vivir con la diabetes. He mimado mi cuerpo con ejercicio cotidiana, caminar y trotar, y recientemente me inscribe en clases de yoga. En fin, he olvidado un poco el ejercicio de la mente, que es leer y escribir, así que voy a retomar, volver a leer libros de mi vida académica: Maquiavelo, Duverger, Savater, Sartori y en especial a los autores de la comunicación política: leer y escribir, son la mejor forma de ejercitar la mente.