DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
21.01.2023.
SALVAR EL PELLEJO.
Sandra Luz García Guajardo y Linda Mireya González Zúñiga son diputadas locales, cobijadas por las siglas del PAN. Entiéndase, traen a sus espaldas el fierro del gobierno anterior, sobre todo la primera, que fue beneficiaria en toda la extensión de la palabra… Senadora, funcionaria y ahora diputada, ¿Cómo negar la cruz de su parroquia? En fin, resulta que en las últimas votaciones han ejercido, diríamos, su libre albedrio y han votado por las propuestas de MORENA. Por eso, ya se supo, su partido hace los preparativos para expulsarlas.
Para nadie es un secreto que al inicio de la actual legislatura el voto dio una mayoría simple a MORENA. Sin embargo, casi al momento de instalar la legislatura, se dieron movimientos: para cuando menos esperaban, diputadas de MORENA hasta convocaron a conferencia de prensa, únicamente para explicar que dejaban el partido y se iban con el PAN o, tan simple, se convertía en independiente. Alegaron, en ese momento, que el liderazgo de su partido no las atendía.
SE HUNDE EL BARCO.
Cuando inicio la legislatura a las diputadas de MORENA que se pasaron al bando enemigo, al del PAN, hagan de cuenta que les dijeron muertas de hambre, puesto que, como un secreto a voces, se manejó que el cambio fue por dinero. En algunos casos hasta se manejaron cantidades y otras prebendas que les dieron u ofrecieron con tal de que se cambiaran. En plata limpia, eso no se puede comprobar, puesto que difícilmente lo van a confesar. Lo que evidencio, a todas luces, que poco les importo los principios de su partido ni los postulados del cambio.
¿Qué sucede con Sandra Luz y Linda Mireya? No creemos que sea por dinero, porque al menos se presume que el gobierno de AVA, de los morenistas, no tienen el ánimo de repartir dinero a diestra y siniestra. Cabe, eso sí, que fueron como las morenistas de su momento: practicas. Ya entendieron que el cabecismo, como grupo político, tiene estertores fuertes y que, de manera gradual, está siendo desmantelado. En otras palabras, se cuidan, protegen su pellejo, tan simple para no ser parte de la carnicería que se está orquestando en contra de su grupo político.
SACRIFICIO POR UN BIEN MAYOR.
¿Qué onda con Jazmín? ¿Por qué no salvo su pellejo? Está exponiendo como un daño colateral que su esposa usa el método de Gertz Manero, de acusar de asesinato a su nuera, para despojarla de la riqueza. ¿Por qué correr más riesgos de que la familia, ella y su esposo, estén expuestos ante la opinión pública? Que los hagan aparecer como una familia de ambiciosos, faltos de moral y carentes de una vocación de servicio. La única explicación valida es que, al renunciar, AMLO perdería una aliada en la Suprema Corte de la Nación.
Y es que, en caso de que renunciara, faltaría un miembro de la SCJN y para elegir al sustituto no se hace de un día para otro; en tanto, los asuntos de la Corte, tienen que seguir
su rumbo y ahí sí, si ella faltara, la 4T no tendría los 4 ministros necesarios para impedir que una u otra ley sea declarada inconstitucional. Así que, no te quedo de otra: sacrificarse en aras de la 4T… el pago, obvio, será más y más apoyo para la familia, sus negocios y empresas. Como a veces dice AMLO, amor con amor se paga. No renuncio para proteger el pellejo de la 4T.
SALVAR EL PELLEJO.
La historia política, del mundo y México, y de Tamaulipas no es la excepción, está llena de historia cuyo trasfondo es, precisamente, salvar el pellejo. Por ejemplo, cuentan que, ante una elección, quien está en el poder por lo regular “pacta” con el que llega para tener “inmunidad”. Como secreto a voces, por decir, se cuenta que Enrique Peña Nieto y AMLO tienen un pacto: el primero no se metió a la elección, y el segundo, se ve, se nota, no tiene interés en castigarlo, pese a que, de vez en cuando, lo señala como corrupto.
Por salvar el pellejo hay traiciones, al menos eso se observa en la política; y en cuestiones de corrupción, ya se ve, se nota, que salvar el pellejo es lo primero: García Luna, que está siendo juzgado en USA, tiene como enemigos a narcotraficantes presos, convertidos en “testigos protegidos” para que aporten pruebas en contra de García Luna. Tenemos, además, el caso de Emilio Lozaya, que para salvar el pellejo ha intentado, una y otra vez, involucrar a líderes partidistas y a sus jefes inmediatos, como Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto… hagan de cuenta que dice: “Yo no me mandaba solo”.