Tras más de dos años en que ha permanecido prácticamente como letra muerta, la Ley de Espacios Culturales Independientes (ECI) de la Ciudad de México se encamina, por fin, a entrar en vigor.
«Ya va a salir, antes de que termine este periodo de sesiones», comprometió este miércoles la diputada Indalí Pardillo durante un conversatorio en torno al tema realizado en la Universidad del Claustro de Sor Juana.
De acuerdo con la legisladora, quien preside la Comisión de Derechos Culturales del Congreso local, el desafío con esta ley, en cuya definición participó desde 2018 la comunidad de los ECI mediante un inédito proceso sustentado en la consulta, es que carecía de técnica jurídica.
«El problema fue que a la hora de armar la ley se tomaron las opiniones de todo mundo, y se pegaron así como si fuera de estas colchas de parchecitos. Entonces, faltaba la parte de la técnica jurídica, que es muy importante», señaló la morenista, refiriendo que la ley tenía 23 reservas presentadas en el Pleno sobre 14 artículos de los 29 que la integran.
«Entonces, nos encontramos con una ley que tenía que ser prácticamente reformada en su totalidad por tantos detalles que tenía», agregó.
Tal fue la labor emprendida a través de mesas de trabajo con diferentes dependencias locales desde enero de este año, para atender problemáticas como la indefinición de la naturaleza jurídica de los ECI, pues la ley publicada en la Gaceta Oficial de la CDMX el 20 de noviembre de 2020 sólo describía el tipo de actividades de tales recintos.
«Ya quedó muy, muy claro lo que sí es y lo que no es (un ECI)», aseguró Pardillo, sin entrar en detalles.
Aunado a esto, resolvieron el enorme pendiente de la armonización jurídica con otras leyes, como la de Establecimientos Mercantiles, la de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, o la del Régimen Patrimonial y del Servicio Público.
Esta última, por ejemplo, no prevé las figuras de permuta, arrendamiento, comodato o fideicomiso para que el Gobierno de la Ciudad le permita el uso de un bien inmueble a los ECI para sus actividades, explicó la diputada.
Pero, sobre todo, la ley aprobada adolecía de objeto, remarcó Pardillo, lo cual imposibilitaba la elaboración de un reglamento, aspecto necesario para la puesta en marcha del nuevo marco legal.
En septiembre pasado, el diputado Temístocles Villanueva, también presente en el conversatorio, presentó ante el Pleno del Congreso local una proposición exhortando a la Secretaría de Cultura capitalina -que ha sido encabezada por tres personas diferentes los últimos dos años- para que finalmente elaborara la reglamentación pendiente.
«La Secretaría sí hizo un reglamento, porque dijo: ‘Tenemos que cumplir a como dé lugar’. Sin embargo, pues así como estaba la ley, así estaba el reglamento», compartió la presidenta de la Comisión de Derechos Culturales.
«Entonces, en el momento en que ellos entregan el reglamento a la Consejería Jurídica, obviamente va para atrás, es inaceptable».
Pero ahora, continuó, no sólo se han solventado los problemas a través de la profunda reforma hecha a la ley, sino que se ha venido trabajando de la mano con la Secretaría que actualmente dirige Claudia Curiel de Icaza para que el reglamento esté listo en cuanto la ley reformulada sea aprobada.
«Ya lo están trabajando, y se comprometieron a sacar el reglamento inmediatamente después de que saquemos la ley, porque lo hemos trabajado en conjunto», refrendó Pardillo, subrayando que los ajustes a la ley están listos.
«Ya tenemos un producto terminado. De hecho, hoy en la mañana precisamente ya los diputados de la Comisión llegamos a un consenso», añadió, no sin antes decir que la última batalla librada fue el intento de cambiarle el nombre, lo cual demoraría todavía más su entrada en vigor y habría significado un retroceso con todo el trabajo hecho desde 2018.
La legisladora estimó que la ley sea presentada en el Pleno hacia la segunda quincena de abril, para después abrir un proceso de Parlamento Abierto, al cual hizo una invitación a los presentes en el conversatorio, y que a través del escrutinio público se pulan los últimos detalles.