DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
14.04.2023.
18 Y 25 AÑOS.
Los legisladores están modificando los derechos de los ciudadanos mexicanos. El más reciente es que, para ser diputado federal, se cuente con 18 años cumplidos; y que para ser Secretario del Gabinete Federal sean 25. En el primer caso hay cierta lógica, puesto que la Constitución Política establece que la ciudadanía tiene derecho a ser votada; y la ciudadanía se adquiere a los 18 años. Hay, claro, sus asegunes que tienen que ver con el contexto y las tareas que se les asignan y, sobre todo, con la experiencia.
No siempre los títulos que certifican conocimientos, en este caso maestrías y doctorados y más si son en el extranjero, no son garantía de buenos resultados como servidor público. Que era, recuerden bien, la propuesta de Platón en la antigua Grecia: que gobiernen los mejores. Sin embargo, siempre nos preguntamos, ¿mejores para qué? Y es que, en el pasado reciente, un gobernador veracruzano y su esposa, ambos doctorados, hicieron de las suyas: La esposa escribió: “merezco abundancia, merezco abundancia… él está preso, ella en el extranjero lista para ser extraditada.
DERECHOS CIUDADANOS.
Los derechos ciudadanos han tenido una evolución. En el caso específico electoral, recuerde que no siempre todos tenían el derecho de votar. Incluso, en la antigua Grecia, los esclavos no podían hacerlo. Y en el caso de México tuvieron que pasar muchos, muchos años, para que las mujeres hicieran valer su voto. Y en el caso de ser votado es otra lucha; aun todavía, en plena época actual, la lucha por de la mujer ciudadana por sus derechos es intensa… sobre todo en relación con la paridad.
La democracia es restrictiva en ciertos casos. Por ejemplo, en eso de que pueden ser votados, la Constitución Local marca que basta con poseer “suficiente instrucción”. Y en el caso de Tamaulipas, con la legislatura local se vivió la experiencia de que los nuevos diputados no saben: Armando Zertuche, quien fuera el primer pastor legislativo, justifico los erros iniciales a que ellos no saben todo y que, por eso, necesitaban “asesores”. Y es lo mismo que pasa con aquellos que se convierten, de la noche a la mañana, en Presidente Municipal o Gobernador.
JUVENTUD Y EXPERIENCIA.
Luis Echeverría Álvarez cuando fue precandidato presidencial se emocionó con la juventud y más al buscar congraciarse con las generaciones del México 68; así fue como impulso que en Sonora modificaran la Constitución Local, redujeran la edad, para imponer como nuevo gobernante a Armando Biebrich. Sin embargo, al paso de tiempo, las decisiones del joven gobernante lo alejaron de su círculo, perdió su protección y lo corrieron. Salió huyendo de los campesinos que tomaron el palacio de gobierno.
Enrique Peña Nieto, el último Presidente emanado del PRI, se vanaglorio de muchos de sus colaboradores como de gobernadores local; incluso mucho se festino uno fotografía en
done aparece con jóvenes gobernadores. Al paso del tiempo, buena parte de ellos, dieron muestras de ambición, perdieron la brújula y hasta pisaron la cárcel. Fue una generación perdida… quizá por eso, a la vuelta de la esquina, el PRI volvió a perder el poder presidencial, dando paso a MORENA y al Presidente de los pobres.
18 Y 25 AÑOS.
Pese a los errores y fallas de los jóvenes la oportunidad de ser legislador y servidor público está presente. Sin embargo, pese a las evidencias de jóvenes sumamente brillantes en negocios y en la política, siempre aparece la objeción permanente: la experiencia. Un joven de 18 años, si es que logro ingresar a una universidad, apenas está a la mitad de su carrera profesional… será un estudiante; y en el caso de que pueden ser miembros del gabinete a los 25 años, se plantea la misma cuestión: la experiencia y el proceso de aprendizaje, acaban de concluir sus estudios universitarios.
Los negocios, como la administración pública, requieren profesionales para que haya eficiencia y eficacia; para que los resultados sean positivos. En los negocios, una mal administración lleva a la quiebra. Y en el caso de la administración, del gobierno pues, lleva a que el aprendizaje tiene un costo económico y social, traducido en fallas, errores u omisiones. Para los expertos quien llega a un cargo sin conocimientos y experiencia, requiere mínimo una etapa de 6 meses para conocer la naturaleza de su cargo, sus tareas y funciones
PRINCIPIO DE PETER.
En el mundo de los negocios, por lo regular, a quien falla se le despide. Y en el gobierno, a quien falla, porque llego a su nivel de incompetencia, se le pasa a otro puesto. Aunque hay otra variable: la cercanía con el poder. Ahí tienen a Ignacio Ovalle, que estaba en SEGALMEX, broto un acto de corrupción con un daño patrimonial al erario público, cuentan mayor al de la estaba maestra; pero como es un amigo del Presidente lo cambiaron a otra Secretaria y AMLO ante las acusaciones afirma que es un hombre bueno, honesto, que los engañaron sus subordinados, que muchos vienen del PRI: al igual que muchos de sus colaboradores.