DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
13.04.2023
A toda pregunta siempre hay cuando menos dos respuestas. Sí y no.
Cada una de las respuestas tiene su fundamento. En el caso de una respuesta positiva vale consignar que, desde hace muchos años, México ha tenido elecciones. En pocas palabras, el ciudadano ha tenido oportunidad de emitir su voto, se cuenta y de esa manera, con la participación ciudadana, se ha electo a nuestros gobernantes. Si partimos de este presupuesto, la única respuesta es que si, que tenemos una democracia.
Una respuesta negativa nace en la medida que consideramos los presupuestos teóricos que tienen que observarse en una democracia sin adjetivos. Es decir, si en el caso de México se dan lo que el INE ha considerado como elementos mínimos, como es la igualdad, transparencia, la legalidad, entre otros y que buena parte de los teóricos de la democracia, como Sartori, hacen énfasis en sus textos de estudios universitarios.
LA DEMOCRACIA DEL PRI.
Cuando Felipe Calderón gano la presidencia se especificó que la democracia había llegado para quedarse en México. Recordemos que en el 2000 el PRI perdió la presidencia, ganándola el PAN con Vicente Fox. Sucedió, hagan de cuenta, después de casi 70 años de dominio completo del PRI, que hasta el 2000 solo perdía una que otra diputación federal, senaduría o gubernatura. México vivía una democracia con el predominio de un solo partido; los otros, casi todos, eran solo comparsas y en el caso del PAN, se decía que eran “oposición leal”.
Fue Pablo González Casanova quien en su libro “La democracia en México”, desnudo al sistema político mexicano; que hizo público como el PRI, sostenido por sus sectores partidistas (el obrero, campesino y popular) tenía un completo dominio electoral. Eran tiempos del corporativismo electoral, donde los lideres por decir obreros como Fidel Velázquez, presumían que todos sus afiliados darían su voto al candidato priista. Hagan de cuenta que había una competencia, de que sector daba más votos al triunfo político-electoral… En fin, si nos basamos en estas condiciones, pese a que México era un país democrático, Si existía, o existe, una democracia.
EL PISO DEMOCRATICO.
Para una respuesta negativa, a que no existe una democracia plena en México, basta con hacer una revisión teórica de los presupuestos para que esta exista. Teoricos de la democracia como Norberto Bobbio, Robert Dahl, Giovanni Sartori o James Fishkin, entre otros, hacen un recuento de hechos y elementos que configuran a una democracia. En este caso me permito reproducir conceptos del ultimo, que habla de tres condiciones democráticas: la igualdad, no tiranía y la deliberación. Sus apuntes indican: “Las tres condiciones esenciales para la realización completa de un sistema democrático son la igualdad política, la no tiranía y la deliberación”, las explica de la siguiente manera: o
1. Sin la igualdad política, nos votos no cuentan por igual o las voces de algunos no alcanzan a ser efectivamente escuchadas.
2. Sin la no tiranía los intereses esenciales de algunos grupos son destruidos cuando esos resultados podrían ser totalmente evitados para todos.
3. Sin la deliberación, las elecciones democráticas son ejercidas de una manera que carece de sentido. Si las preferencias que determinan los resultados de los procedimientos democráticos son irreflexivos o necias, entonces pierden su pretensión de autoridad política para nosotros.
Si observamos, en este momento, lo que esta sucediendo en los preliminares para la elección presidencial 2024, nos damos cuenta que el piso no es parejo. Y eso, quiérase o no, se da en el mismo partido en el poder: una y otra vez Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal han demandado piso parejo; incluso llegaron a señalar que, todas las corcholatas, debían renunciar para que el piso sea más parejo.
Se ve, se siente, que Claudia Sheinbaum, tiene más de una ventaja; entre ellas, el apoyo irrestricto y evidente del Presidente AMLO.
IGUAL QUE EL PRI.
Por más de 70 años padecimos el dominio del PRI. Gobiernos que fueron catalogados por Mario Vargas Llosa como “dictadura perfecta”. En tanto que Pablo González la desnudo con su libro “La democracia en México” y Daniel Cosío Villegas en su libro “El Sistema Político Mexicano” y “El estilo personal de gobernar”. Libros que, si revisamos, podemos observar fácilmente que AMLO, que se formó y forjo en las filas priistas, pretende hacer con MORENA y su estilo personal de gobernar, un gobierno similar: forjar el predominio de un solo partido y, si se puede, dar vida a un nuevo Maximato.