La píldora abortiva mifepristona seguirá disponible temporalmente en Estados Unidos, pero bajo normas más estricta, tras una sentencia dictada a última hora del miércoles por un tribunal federal de apelaciones.
Un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Nueva Orleans, en el sureño estado de Luisiana, falló 2-1 en favor de mantener disponible la mifepristona.
Según la sentencia, el acceso a esa píldora requerirá tres visitas al médico y se limitará a las siete primeras semanas de embarazo, frente a las diez anteriores.
La mifepristona fue aprobada por la Agencia Estadounidense de Medicamentos (FDA) hace más de dos décadas y se utiliza en más de la mitad de los abortos que se practican cada año en Estados Unidos.
El pasado viernes el juez Matthew Kacsmaryk, designado por el expresidente Donald Trump, anuló la aprobación de la FDA pero el gobierno apeló la decisión del magistrado.
El tribunal de apelaciones dijo que su fallo se mantendría hasta que el caso se resolviera en su totalidad. El endurecimiento de la normativa hace retroceder las restricciones que la FDA había suavizado en 2016.
Los dos jueces del tribunal de circuito que votaron a favor de aumentar las restricciones, Kurt Engelhardt y Andrew Oldham, también fueron nombrados por Trump. La tercera, Catharina Haynes, fue designada por el expresidente George W. Bush.
Este enfrentamiento sobre los derechos reproductivos de la mujer en Estados Unidos se produce casi un año después de que la Corte Suprema de Justicia, dominada por los conservadores, anulara la histórica sentencia del caso Roe vs Wade, que hace medio siglo consagró el derecho al aborto.
El presidente Joe Biden tachó el martes la sentencia de Kacsmaryk de «injusta».
Su portavoz, Karine Jean-Pierre, declaró a los periodistas, durante la visita del presidente a Irlanda el jueves, que la administración seguirá luchando contra la sentencia en los tribunales.
«Creemos que la ley está de nuestro lado y venceremos», dijo en Dublin.
Jean-Pierre había calificado previamente la sentencia de «ataque a la autoridad de la FDA» y señaló que podría «abrir las puertas para que otros medicamentos sean señalados y denegados a personas que los necesitan».
Demócratas y activistas advierten que la sentencia del juez Kacsmaryk es parte de un esfuerzo más amplio de los republicanos para lograr la prohibición del aborto en todo el país.
Poco después de la decisión de Kacsmaryk del viernes, un juez del estado de Washington dictaminó en otro caso que debe preservarse el acceso a la mifepristona.
El duelo de opiniones jurídicas, junto con las apelaciones, significa que es casi seguro que la cuestión acabe ante la Suprema Corte.
Las encuestas muestran reiteradamente que una clara mayoría de estadounidenses apoya el acceso al aborto seguro, pero grupos conservadores han intentado limitar lo que antes era un derecho consagrado por la ley.