La socia guatemalteca

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Por Carlos López Arriaga.

Aquellos videos grabados en Kensington, el “barrio zombi” de Filadelfia, fueron sin duda un aviso importante sobre el efecto devastador del fentanilo cuando escapa de su empleo clínico para escalar como droga recreativa.

Piedra de escándalo en redes durante los primeros meses de 2023, todavía sorprenden a quien se asoma a estas imágenes (https://tinyl.io/8MY8).

Legiones de adultos jóvenes deambulan con la mirada vacía por barrios que antes fueron de comercio, de trabajo, de familias, hoy convertiros en muladares, vertederos humanos.

La palabra zombi parece quedarles a la perfección. Pueden permanecer de pie en calidad de autómatas, sin pronunciar palabra, con una expresión agónica en el rostro que parece haber perdido la noción del tiempo.

Se instalan, se arrastran, hacen de las banquetas sus dormitorios, vestidos con andrajos, convertidos en vagabundos por una adicción mortífera que los priva de la razón más elemental.

El fenómeno nos remite a los picaderos españoles de heroína en los años 80s y 90s, en pleno corazón de Madrid. O las legiones ganchadas por el crack en Mesa de Otay, Tijuana.

Pero ahora es mucho peor. Lo que hace distinto al fentanilo es, por principio, su origen sintético. No depende de temporadas de siembra o cosecha, como los arbustos de la coca, la amapola o la marihuana.

Y posee además una fuerza destructiva que la DEA describe como “50 veces más potente que la heroína”, lo cual se expresa en algunas consecuencias prácticas:

(1) Para fines de salud pública, significa que pequeñas imprecisiones en el cálculo de la dosis pueden ser la diferencia entre el disfrute y la muerte, o su punto intermedio, la demencia total, sin retorno.

(2) Para fines de seguridad, su altísima concentración facilita el trasiego, transporte y almacenamiento en espacios pequeños. Desde luego que el tamaño cuenta, un maletín compacto de fentanilo puro vale más que un furgón de marihuana.

 

PERSONAJE DE NOVELA

La historia de esta mujer merecería ser considerada para una serie de Netflix, Amazon Prime o HBO-Max. Esbelta, hermosa, con aspecto de modelo, porte muy ejecutivo, talante empresarial, ANA GABRIELA RUBIO ZEA fue arrestada el 17 de marzo pasado en su natal Guatemala.

Sin embargo, el angelito no llamó mayormente la atención hasta el viernes pasado, cuando el Departamento de Justicia estadounidense incluyó su nombre en el organigrama mafioso que fabrica y exporta fentanilo a la Unión Americana.

La gráfica denominada “Chapitos Network”, ofrece una distribución muy ilustrativa. Arriba y al centro de dicha estructura de mando aparecen los hermanos GUZMÁN, hijos del Chapo, jefes de jefes.

Alrededor de esta jerarquía figuran cuatro subgrupos: (1) los financieros (2) los encargados del producto final, (3).los laboratoristas y (4) el equipo de seguridad, los sicarios .

En los cuatro predominan los apellidos latinos, GONZÁLEZ, NÚÑEZ, ALVARADO, ESPINOZA, HERRERA, JIMÉNEZ, PÉREZ, FRÍAS, MEDINA, SALAS, FIGUEROA, LOZANO, ANDRADE, LIMÓN, GUTIÉRREZ.

Arriba, a la izquierda se ubica la rama asiática, quienes surten de los precursores desde China, donde figuran los apellidos WU, JIANG, YAO y similares. Fue en este espacio donde los investigadores norteamericanos ubicaron a GABY RUBIO.

Su inclusión en tal galería superior de malandros internacionales la catapultó a la fama. Hoy se sabe que tiene 32 años y vivió una juventud idealista en la que desplegó la imagen de mujer consagrada a la defensa del medio ambiente.

Una auténtica celebridad en la lucha contra residuos y contaminantes industriales que envenenan los mares. Quería liberar al mundo del plástico y dirigía empresas (IECO, IGGI TECHONOLOGIES, entre otras) que promueven el uso de materiales biodegradables, libres de emisiones tóxicas.

 

DOBLE VIDA

Todo muy hermoso. Con dicha bandera de guerrera ambientalista y defensora del planeta viajaba por Nueva York, Los Ángeles, Miami, Paris, Roma, Cancún y hasta San Miguel de Allende.

La parte oscura de su vida (y el origen de su colosal fortuna) que sin duda daría tema para una saga cinematográfica, es su vinculación estrecha con el cártel sinaloense. Y también su papel clave como vínculo global con los socios del lado oriental. Los chinos.

Trotamundos incansable, por igual viajaba a Beijing, donde se distinguió como importadora de NBOC4 PIPERIDONA, un precursor químico fundamental en la fabricación de fentanilo.

Los cargamentos llegaban camuflajeados en envases de alimentos y en químicos legales que ella adquiría para sus empresas ecológicas. Expresión ejemplar de su doble vida, ambientalista y narca.

Bajo la hermosa flor, la serpiente aguarda, reza el dicho budista. Al momento de ser capturada, en marzo pasado, el gobierno de Estados Unidos ya estaba ofreciendo un millón de dólares de recompensa por ella.

Por supuesto, el presidente LÓPEZ OBRADOR ya condenó de manera enfática el inmenso operativo de espionaje que está aflorando ahora tras la denuncia interpuesta por el Departamento de Justicia norteamericano y dada a conocer el viernes pasado en su portal de Internet (https://tinyl.io/8MZl).

Justo es decirlo, con o sin AMLO, los acontecimientos se habrán de desencadenar en la dirección marcada. Mal harían las autoridades mexicanas si piensan que se trata de una simulación, un simple amago o un mero golpe propagandístico de carácter temporal, pasajero.

Hay demasiado dinero y esfuerzo invertidos en dicho operativo de investigación que hoy involucra a tres cortes federales de distrito, Nueva York, Illinois y Columbia. El propósito es de proporciones mayúsculas y así debemos entenderlo. La fiesta apenas empieza.

 

BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com

WEB: http://lopezarriagamx.blogspot.com

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