A falta de un minuto para la conclusión del tiempo reglamentario, el argentino Paulo Dybala recibió un pase dentro del área, se giró con sutileza y puso el balón en ese lugar tan cercano a la madera como lejano para el portero rival. La brillante acción supuso el 2-1 para la AS Roma y envió el vibrante duelo ante el Feyenoord a la prórroga. Hasta ese instante, los giallorossi habían vivido minutos de euforia, tras el tanto de Leonardo Spinazzola (60′), y de evidente amargura, después de una acción casi aislada de los neerlandeses que acabó en gol de Igor Paixao (80′).
La Joya, que no fue titular, también participó de forma decisiva en la acción que finalmente decantó la eliminatoria a favor de los de José Mourinho, ya que fue una peinada suya la que dejó en ventaja a su compañeros de ataque y la que acabó permitiendo el gol de Stephan El Shaarawy en la primera parte del tiempo extra (100′). Para rematar la faena, el sudamericano colaboró también en el 4-1, el gol que, obra de Lorenzo Pellegrini (110′), redondeaba el marcador y empujaba a los romanos a unas semis en las que se verán las caras con el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.