Dr. Jorge A. Lera Mejía
Hablar de «desigualdad social y económica», se ha vuelto tema de mucha actualidad a partir del presente siglo, en la segunda mitad del siglo XX, era más común abordar la temática de «pobreza» en forma genérica, pero no se le asociaba a la desigualdad, dado que, si bien la pobreza patrimonial y laboral ya se presenta desde siempre, la «brecha entre pobres y ricos» no se hacía tan amplia, como a partir del siglo XXI se ha venido manifestando.
Esto significa, que en los estudios académicos sobre «pobreza y desigualdad», cada vez es más preocupante que desde el arranque de este siglo «los pobres cada vez son más pobres», y «los ricos, más ricos», con el agregado que los pobres se van ensanchando en la base de la pirámide poblacional, tanto en los países pobres y en vías de desarrollo, e incluso, en los propios países desarrollados.
Este fenómeno se le conoce hoy, como la generalización de la desigualdad y la pulverización del poder adquisitivo, que está desplazando a amplias masas de las «clases medias» hacia el grupo de los «nuevos pobres».
En la nueva «teoría de la pobreza, riqueza y desigualdad», se comprende que para que «cada vez se integren nuevos ricos», como los «super ricos», se requiere que, por «cada nuevo super rico se registre», ahora se necesitan al menos «mil nuevos pobres», esto provoca la asociación de la «brecha entre ricos y pobres», que además incluyen, más y más masas de nuevos pobres que resultan en mayor «desigualdad social, económica y educativa».
Anteriormente, para registrar nuevos ricos y super ricos, solo se necesitaba «500 o menos nuevos pobres», por lo que la ecuación se duplicó en solo 20 años. Esto se refleja en mayor desigualdad.
Por este fenómeno en 2014, el prestigiado economista francés, Tomas Piketty, expuso su libro «El capital en el siglo XXI» (Cambridge, MA: Belknap Press)
DESIGUALDAD Y MIGRACIÓN:
Las desigualdades pueden, asimismo, surgir de la migración misma. Quienes migran pueden tener que enfrentar un acceso desigual al goce de derechos y recursos sociales, incluyendo el derecho a buscar protección en el caso de quienes escapan de conflictos, violencia y persecución.
Por lo anterior, la «migración» es un reflejo altamente visible de las «desigualdades», ya sea en términos salariales, oportunidades en los mercados laborales o estilos de vida.
Muchos deciden migrar sobre la base de la noción de que es posible tener una mejor vida en otro lugar y que la «migración» puede reducir las «disparidades» que existen entre sus circunstancias actuales y las que podrían darse en lugar que comparativamente goza de una mayor afluencia.
Pero la capacidad para migrar no es pareja en todos lados tampoco. Hay características y recursos individuales que intervienen tales como la ciudadanía, los medios financieros, el acceso a servicio de internet, y las habilidades lingüísticas, factores que determinarán la capacidad de una persona para poder migrar o no.
MIGRACIÓN, DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA AGENDA 2030 DE LA OIM:
Para atender este nuevo fenómeno de mayor desigualdad que la propia pobreza, y el impacto de la desigualdad sobre las presiones de incremento en la migración, la Organización Internacional para la Migración (OIM) de la ONU, diseñó una nueva «Estrategia».
La «Agenda 2030» contiene una referencia directa a la migración en su Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 10 – REDUCCIÓN DE DESIGUALDADES.
Esto brinda la oportunidad de comprender mejor la relación entre la «migración y la desigualdad» a todo nivel. A través de su enfoque, la OIM adopta una lente de igualdad para poder comprender las circunstancias en las cuales la migración podría exacerbar las desigualdades y las barreras que podrían restringir el potencial que la migración tiene como herramienta para el abordaje de las desigualdades.
La OIM trabaja para poder cumplir con las dos Metas del Objetivo 10 que hacen referencia directa a la migración: Meta 10.7, sobre gobernanza de la migración y la Meta 10.C, sobre remesas.
Gobernanza de la Migración:
Meta 10.7: Facilitar la migración ordenada, segura, regular y responsable y la movilidad de las personas, incluyendo la posibilidad de hacerlo por medio de la implementación de políticas migratorias bien manejadas y planificadas.
Facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables
La Meta 10.7 reconoce que la gobernanza efectiva de la migración es clave para una migración más segura, más ordenada y más regular. También reconoce la necesidad de contar con regímenes migratorios mundiales, regionales y nacionales y marcos integrales de políticas para beneficio de todos. Esto incluye la promoción de la migración regular con el respeto por los derechos de todos los migrantes y el apuntalamiento del impacto positivo sobre el desarrollo de la migración para los migrantes en sí y también para todos los países y las comunidades.
Implementación de políticas migratorias bien planeadas y gestionadas
En la práctica, la gestión efectiva e integral de la migración implica una amplia variedad de áreas de acción. Esto incluye pero no se limita a la promoción de la migración y el fortalecimiento institucional; protección de los derechos de los migrantes y promoción de su bienestar; mejoramiento de la integración de los migrantes en las comunidades de acogida; promoción de la movilidad laboral regulada; mejoramiento de la salud de los migrantes; mitigación y abordaje de las vulnerabilidades de los migrantes y desarrollo de programas especializados para refugiados y personas desplazadas internamente; facilitación de la reunificación familiar; abordaje de la migración irregular y provisión de caminos hacia la regularidad; abordaje de las necesidades de las comunidades de acogida; lucha contra la trata de personas y el tráfico de migrantes; facilitación del reasentamiento, el retorno voluntario asistido y la reintegración de los migrantes; y el desarrollo de soluciones duraderas para personas desplazadas.
REMESAS:
La Meta 10.C: Hacia 2030, reducir a menos del 3% los costos de transacción de las remesas de los migrantes y eliminar los corredores de remesas con costos superiores al 5%.
Reducción de los costos de transacción de las remesas
Los flujos de remesas a nivel mundial son verdaderamente importantes – se cree que en 2020 aproximadamente 508.000 millones de dólares en remesas han ido hacia países de ingresos medianos y bajos – y que los tipos tradicionales de pequeñas financiaciones para el desarrollo podrían ser más estables. Las remesas son transferencias monetarias multidireccionales, voluntarias y privadas que los migrantes realizan y que pueden implicar oportunidades económicas y sociales y desafíos tanto para los recipientes como para los remisores.
Los costos de transacción de las remesas pueden ser elevados, lo cual disminuye el impacto de las remesas, implican una carga para los migrantes y pueden desalentar el envío de remesas a través de canales formales. Esto en particular puede afectar a las mujeres migrantes ya que a menudo envían cantidades de dinero más pequeñas que los hombres, si bien tal vez son más regulares.
La Meta 10.C aspira a reducir estos costos poniendo un tope a los honorarios por tales transacciones. A menudo esto implica aumentar la competencia y la transparencia en el mercado de transferencias por medio de herramientas de comparación de costos y a través de la diversificación de los proveedores, ayudando de tal manera a los migrantes a que tomen decisiones informadas.
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