París. Pocos minutos después de que el Congreso de la institución hubiera votado una enmienda que le permitía volver a presentarse en 2027, el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, pilló a todo el mundo por sorpresa este jueves en París, al anunciar que no tiene intención de presentarse a un nuevo mandato a la cabeza de la confederación europea de futbol.
Pese a que esa enmienda fue aprobada de manera casi unánime y era percibida como una decisión hecha a medida del dirigente esloveno, el abogado de profesión de 56 años dio la sorpresa al confesar su voluntad de no ir más allá de su tercer mandato.
«Hace cerca de seis meses decidí que no quería presentarme en 2027. La razón es que después de un cierto tiempo, cada organización necesita sangre nueva, pero principalmente porque he estado lejos de mi familia durante siete años ya», explicó en rueda de prensa.
«No quería revelar mis pensamientos antes porque primero quería ver el verdadero rostro de ciertas personas y lo he visto. No quería influenciar al Congreso», añadió Ceferin, que sucedió en septiembre de 2016 a Michel Platini, tras la salida del francés vinculada a unos pagos sospechosos vinculados a la FIFA.
La enmienda, finalmente aprobada por el Congreso sin el voto de Inglaterra, había provocado malestar en el seno de la institución.
El texto no suprime el límite de tres mandatos, una de las medidas clave tomadas en abril de 2017 por Ceferin tras la oleada de escándalos que llevaron a restricciones similares a la Federación Internacional de Futbol (FIFA) y al Comité Olímpico Internacional (COI).
Pero la enmienda precisa que esa regla, válida para todos los miembros del comité ejecutivo, no tiene en cuenta los mandatos «que empezaron antes del 1 de julio de 2017». Esto habría permitido teóricamente a Ceferin, relegido en 2023 en un tercer mandato, poder optar a la relección en 2027 y mantenerse en el puesto hasta 2031.
Fatiga
Desde la presentación de la reforma al comité ejecutivo en diciembre, el inglés David Gill había hecho pública su oposición.
La crisis alcanzó su punto álgido el 25 de enero con la dimisión del director de futbol de la institución Zvonimir Boban. El ex centrocampista croata, semifinalista del Mundial-1998, dejó el puesto expresando «su grave preocupación y su total desaprobación» a los intentos del presidente esloveno para mantenerse en el poder más allá de 12 años, indicando que abandonaba la UEFA en nombre de los «principios y valores en los que cree profundamente».
¿Hicieron vacilar estas críticas a Ceferin? El esloveno ya había compartido su fatiga el 24 de enero en una entrevista con el Daily Telegraph. «Todavía no he decidido si quiero solicitar un nuevo mandato o no. Para ser sincero, estoy muy cansado», dijo entonces.
El anuncio del patrón de la UEFA es todavía más sorprendente tras la actitud ofensiva mostrada a lo largo del 48º Congreso de la institución hacia la Superliga, la principal crisis con la que ha tenido que lidiar desde que tomó las riendas de la confederación.
Bajo la atenta mirada del patrón de la FIFA, Gianni Infantino, con quien se ha enfrentado en numerosas ocasiones estos últimos años, Ceferin cargó contra un proyecto al que denominó Zombie Ligue, para defender un modelo basado en «la solidaridad, la inversión, la unidad, el mérito deportivo, el ascenso y el descenso».
Una manera de contratacar tras el golpe encajado en diciembre, cuando el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) estimó que las reglas de la UEFA relativas a la autorización de otros torneos como la Superliga europea eran contrarias al derecho de la competencia.
«Hoy algunos intentan pisotear 70 años de historia y cambiar la historia del futbol. Intentan hacerse pasar por salvadores del futbol cuando son sus enterradores. Se hacen pasar por víctimas y son los depredadores», atacó el esloveno.
Contra ese proyecto, Ceferin ha defendido la nueva fórmula de la Liga de Campeones a partir de la próxima temporada y el aumento de los ingresos vertidos a los clubes.
También celebró el apoyo de los ministros de Deportes de la Unión Europea, con excepción de España, recibido antes del Congreso de la UEFA, quienes en una declaración conjunta llamaron a preservar los «principios de apertura» y de «mérito deportivo» de las competiciones.