DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.
13.02.2024
La UAT es un organismo público descentralizado del gobierno estatal. Por tanto, tiene autonomía financiera, administrativa y de gobierno. Es lo que dice la ley. Sin embargo, la realidad siempre es muy distinta: económicamente depende del financiamiento gubernamental, pues sus ingresos propios no le permiten desarrollar sus actividades. Y en lo político, difícil pensar que sea autónoma: siempre hay, poco o mucha, injerenciadel gobierno y de otras entidades políticas.
La UAT tiene su historia que puede ser descrita bajo ópticas diferentes: los distintos rectorados, las etapas de evolución educativa o, incluso, la evolución de cómo se han resuelto sus problemas políticos. Ha sido, eso sí, de manera permanente un botín: en un principio un pastel que se repartía internamente, luego se convirtió en un apéndice real del poder estatal… hoy sigue su curso, inicia una nueva etapa: ser casi un departamento o secretaria de la 4T.
GRUPOS DE PODER.
Supe de la universidad cuando fue el movimiento de “Leyes a la UAT”. Fue cuando me entere que había porros que golpeaban a los que se oponían a sus intereses. Ya como estudiante fui testigo de cómo la democracia universitaria se extinguió para dar pasa al control político de las Facultades por un líder o grupo político. Hace tiempo, en uno de mis textos semanales, dedique una página del periódico para describir a los distintos grupos; los de Tampico, los de Victoria como los de la frontera. Grupos que imponían su ley, sus reglas, al interior de la Facultad que dominaban.
Y esos grupos fueron los que, por años o rectorados, se repartieron el pastel universitario. Eran lideres reales que, incluso, hasta en los hechos suprimían al director de la facultad en cuestión, pues era ese líder quien negociaba con el rector posiciones, plazas docentes y administrativas. Así, hasta que Tomas Yarrington opero para que Humberto Filizola Haces, fuera el ultimo rector de este periodo: salió, para ser diputado federal, y cerró la puerta.
BOTIN POLITICO.
Tomas Yarrington dio el primer paso para que la destrucción de la autonomía universitaria fuera una realidad. Sentó las bases y opera la llegaba de un rector desvinculado con los grupos políticos universitarios; por eso, cuando Jesús Lavín del Prado pretende cobijarse en la autonomía universitaria, se cuenta que Ricardo Gamundi como operador político del gobierno en turno, organizo su destitución para que llegue, de esa manera, José María Leal Gutiérrez. Fue obvio, digamos, la intromisión del gobierno para que tanto Jesús como José María se convirtieran en rectores.
La historia reciente, en la administración del Alma Mater, es que fue convertida en un botín del gobierno en turno. El saqueo de las arcas públicas, o cuando menos los múltiples negocios de quienes la gobernaron o administraron, se documentó y al final, fue precisamente un acto de corrupción evidente lo que provoco que el rector presentara su renuncia. Y fue, demasiado obvia, la actitud del actual gobierno… sin demerito, vamos pues, con el beneficiario de la rectoría. Hay hechos, relaciones y circunstancias difícil de negar.
DAMASO ANAYA.
Hubo elecciones en la UAT. Se presentaron 5 candidatos, entre ellos Luisa Álvarez, que declina con una brillante argumentación para justificarla; entendí que es académica, por cierto, muy brillante, y que será desde esa trinchera, como seguirá su lucha. En fin, quedaron solo dos aspirantes y gano Dámaso Anaya, el médico veterinario que renuncio al gabinete para ser rector universitario. Llega con las expectativas de que es, digamos, parte de la 4T en Tamaulipas, y su reto es enorme, nada fácil, hacer que la UAT recupere una visión humanista.
En la práctica, hagan de cuenta, la 4T tamaulipeca ya administra al Alma Mater. Se adueñaron de ella, pacíficamente, con sus mismas reglas. Y ahora, lo importante y significativo, es la expectativa del rumbo o dirección que le asigne a las tareas universitarias: ¿dejara de ser un botín para líderes y políticos? ¿Recuperara la academia y la investigación como asignaturas un poco pendientes? Dámaso, el nuevo rector, no tiene compromisos al interior con grupos o camarillas; pero si los tiene con las expectativas de que generado la 4T.
CAMBIOS: RUMBO Y OBJETIVOS.
¿Cómo será la UAT con los fines y propósitos de la 4T? Es claro que cuando una empresa u organización cambia su dirección, en este caso los propósitos de la UAT son claros, también es pertinente modificar leyes, reglamentos, esquemas de administración, hagan de cuenta, como lo está haciendo AMLO a nivel nacional. Luego entonces, una vez que el rector establezca el rumbo, o dirección, debemos estar pendientes de quienes le harán compañía en esa lucha por enderezar el rumbo universitario.