Por Juan Sánchez Mendoza
La dirigente estatal de Movimiento Regeneración Nacional (morena) podría dejar con un palmo de narices a los diputados locales con quienes convino, la semana que nos antecede, que de entre ellos cuatro saldría el candidato a la alcaldía de Reynosa si acaso la Sala Superior del Tribunal Electoral de la Federación confirma la pérdida de sus derechos políticos a Carlos Víctor Peña Ortiz.
Así lo entiendo porque, en la víspera, la propia Yuriria cambió su oferta al decir que ninguno de los participantes en el proceso de la encuesta tiene segura la nominación dado que ‘la Comisión Nacional de Elecciones podría incluir a otro perfil… incluso a uno que no haya aparecido en las encuestas’
Eso lleva a suponer que el alto mando partidista le propinó ‘fuerte jalón de orejas’ por adelantarse y comprometer la nominación que, por ‘intereses de otra índole’, reclama resolver Mario Martín Delgado Carrillo, aun cuando por pragmatismo le corresponde decidir al jefe político de la entidad.
En marzo uno, el entonces delegado de morena en Tamaulipas, Mario Rafael Llergo Latournerie, al reunirse con los diputados locales Guillermina Magaly Deándar Robinson, Armando Javier Zertuche Zuani, Marco Antonio Gallegos Galván y Humberto Armando Prieto Herrera, les ofreció que entre ellos saldría el candidato edilicio, para apaciguar las aguas, pues no habría reelección en la localidad fronteriza por acuerdo cupular y la adversidad, en el escenario local.
Sin embargo, cinco días después (marzo 6), le levantó la mano a Peña Ortiz.
O sea, engañó a los diputados locales.
Luego huyó, Llergo Latournerie, prácticamente del estado tras burlarse también de Eduardo Abraham Gattás Báez, al imponer como candidato a la alcaldía de Victoria a Jorge ‘El Tico’ García, aunque ésta imposición quedó anulada por instrucciones de un nivel estatal superior a la orden recibida en la Ciudad de México.
Aun así, como consejero de morena ante el Instituto Nacional Electoral (INE), Mario Rafael ha exigido la dimisión de su vocal ejecutivo, Sergio Iván Ruiz Castellot, por haber ventilado la pérdida de los derechos políticos a su cliente Peña Ortiz.
Esa burla ha calado hondo entre los cuatro diputados morenistas.
Ahora nuevamente se sienten burlados, pues el pasado tres de abril la dirigente estatal de morena empeñó su palabra de que entre ellos saldría el candidato.
Y ahora, resulta que: “Puede existir la posibilidad de un consenso, o la de una designación”, dice, como también: “pudiera ser alguno de los cuatro compañeros diputados (con licencia) u otro según lo determine la Comisión Nacional de Elecciones”.
¿Acaso lleva dedicatoria su pronunciamiento?
El domingo próximo (abril 14) vence el término para registrar candidato por Reynosa y es hasta entonces fecha límite para confirmar la candidatura de Peña Ortiz o sustituirla.
Por vía de mientras, en morena hay todo un desgarriate.
Y, según observo, cada día más decepción.
Mapaches al acecho
En este proceso electoral, los partidos políticos no tendrán la influencia que en otros tiempos entre los ciudadanos tanto como sus propios candidatos a las alcaldías y diputaciones en juego.
De ahí que en los comités ejecutivos nacionales se prevea enviar a las entidades a sus mejores ‘mapaches’, dado que el grueso de los candidatos no tiene capacidad de convocatoria y madurez política. Ni tampoco quieren invertirle en campañas de tal envergadura.
No obstante, sus abanderados, como sus dirigencias estatales en este caso, dan la apariencia de padecer fiebre electoral prematura.
Es decir, sufren un estado de tensión o agitación que obnubila sus mentes, agita su respiración y hasta les provoca paranoia, por saber que los comicios ya están a la vuelta de la esquina.
Por tanto, sus campañas insulsas conllevan la peculiaridad de dar cabida a quienes gusten sumarse. Y si bien es cierto tampoco son garantía de nada, hasta donde sé a los candidatos los sostiene el orgullo propio.
Por eso no me extrañan los pronunciamientos tendientes a divulgar las falsas victorias en el terreno político, por parte de los siete partidos.
Tampoco me extraña que sus mejores ‘mapaches estén al acecho.
Y, hasta eso, ‘importados’.
País a la deriva
Desconozco, por el horario de entrega de esta colaboración, qué candidato presidencial fue el que más aportó cualitativamente en el primer debate, no de manera cuantitativa.
Pero sí me queda en claro que, sin distingos de ninguna índole, la sociedad mexicana acaricia la frontera del hartazgo, gracias a la incapacidad que muestran los actores políticos para alcanzar acuerdos y establecer un diálogo responsable que permita superar el peligroso estancamiento en que se encuentra el país.
Vivimos un escenario de confrontación cotidiana, en el que ninguna de las partes en litigio cede, y sí, por el contrario, se han dado a la tarea de ahondar sus diferencias generando tristes y patéticos espectáculos, que al mismo tiempo amenazan con salirse de cause y provocar una real desestabilización social.
La rebatinga y pelea de espacios de poder tiene lugar en todos los frentes, sin que haya un árbitro confiable que reoriente y revierta el estado de las cosas que ya se encuentran en un punto crítico y enredado en demasía.
Mañana, tras analizar lo debatido, ofreceré mi particular punto de vista.
Correo: jusam_gg@hotmail.com