Promoción fallida

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Golpe a golpe
Por Juan Sánchez Mendoza
La mayoría de los candidatos a cargos de elección popular, no prenden. Ni
aprenden a hacer proselitismo electoral.
Comento esto porque sé que los comités estatales y municipales no se mueven sin tener línea centralista, mientras que sus múltiples abanderados ignoran qué hacer territorialmente; y en qué vías llevar a cabo la promoción del voto.
Tan es así que no es difícil observar a cuadrillas de jóvenes en calles y avenidas pegando calcomanías a cuanto automóvil cruza frente a ellos con o sin el permiso del conductor.
Con esta práctica, los candidatos buscan justificar su proselitismo ante las estructuras de sus organizaciones aduciendo que, si los vehículos lucen pegotes alusivos a su persona, es porque los pilotos están convencidos de votar por ellos.
¡Pamplinas! El hecho de que un automotor porte calcomanías de tal o cual partido político no es garantía de nada; y mucho menos garantiza que el conductor de éste simpatice con tal o cual candidato, pues por lo regular apenas si los ha oído mentar y en su mayoría ni los conoce.
Ya en terreno, hemos visto caminar a uno que otro abanderado por las maltrechas vías, donde fuera de su domicilio los aguardan algunos vecinos previamente convencidos por la ‘avanzada’ que toca puertas y pega –igual, con y sin permiso—mantas que, tras el paso del candidato, son retiradas y reutilizadas en otras zonas.
Regularmente caminan dos horas por la mañana y dos por la tarde en las demarcaciones que les toca atender.
El resto del tiempo se la pasan escuchando, corrigiendo y/o aceptando sugerencias para promocionarse en las redes sociales, por ser éste vínculo con la sociedad el más barato y distante a los reclamos personales.
Lejos quedaron aquéllas épocas en que el candidato sudaba la camisa y desgastaba zapatos recorriendo la cinta asfáltica, brincando baches y con agilidad sorteando escabrosas veredas rurales.
Ahora, todo es a través de las redes sociales.
¿Acaso esperando que el voto también se dé electrónicamente?
A ello obedece la apatía electoral mostrada hasta el momento.
Y en eso, también, se fundamenta la hipótesis de que los votos que se registren el próximo 2 de junio surgirán, en su mayoría, en el campo y/o al través del corporativismo político-partidista, dado que el sufragio duro, el que se da en la urbe, desde hoy está negado para los candidatos que toda su campaña la han hecho vía satélite.
Recursos opositor
A veinte días de la jornada comicial los partidos de oposición coaligados en ‘Fuerza y corazón por México’ advierten que habría una elección de estado para privilegiar el plan ‘C’ de Andrés Manuel López Obrador.
Pero más que eso, lo que realmente asoma es una serie de problemas que podrían impedirle a las instituciones electorales cumplir su encomienda a cabalidad.
Con ello pretenderían desacreditar su participación en esta justa por el costumbrismo de pescar a río revuelto.
Leamos algunos motivos que alientan la hipótesis:
1) La presunción de que los organismos electorales no se conducen de manera imparcial y que inclinan su preferencia hacia un segmento de los contendientes, generalmente hacia el membrete del partido instalado en el poder;
2) La idea de que los órganos electorales que se dicen imparciales son una prolongación del gobierno y, por ello, defienden a ultranza los intereses que representan; y
3) Que la ley y las modificaciones llevadas a cabo en materia electoral, tienen por finalidad mejorar y transparentar los procesos electorales, pero a favor de morena.
Por esas razones los partidos opositores al régimen cuestionan de forma permanentemente esta circunstancia, ya que afirman que ello se realiza en aras de favorecer al partido que detenta el control institucional.
Lo señalado, repito, es parte de los que algunos políticos manejan como una elección de Estado, misma que aparte de lo anterior consiste en utilizar la fuerza del Gobierno Federal y sus recursos a favor de un membrete determinado.
Respecto al proceso electoral actual, todas las corrientes elevan su voz con el propósito de ser escuchadas en sus demandas de imparcialidad.
Demandan que el Gobierno Federal no incida en la contienda, que hoy se vive, al través de sus delegados; y que las visitas que los colaboradores del presidente hagan a las entidades federativas no estén orientadas a una manipulación ciudadana.
Al margen de la ley
Aun cuando en México existe una amplia y sólida estructura jurídica electoral que norma la conducta entre los individuos a través de instituciones diversas, como el Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM), en el caso doméstico, se adolece de cultura para acatar y respetar las leyes.
La comisión de delitos electorales –como es la compra de votos y/o la coacción–, está enmarcada como ilícito grave, pero tengo informes de que se está preparando…
Reza un principio jurídico que la ignorancia del precepto no exime de la culpa al infractor, por lo que nadie se salva de verse inmerso en problemas legales, en un momento dado, si como frecuentemente ocurre soslayamos nuestras obligaciones como personas y ciudadanos, ya sea antes o durante la jornada comicial.
¡Cuidado! No se meta en problemas por unas cuantas monedas.

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