Milwaukee, el centro industrial y cervecero, se ha convertido en una fortaleza de Donald Trump y de los miles de militantes que llegaron a la Convención Republicana para coronar a su candidato. Sin embargo, este estado, crucial para el futuro político de Estados Unidos, también está impregnado de una rica historia socialista. Entre 1910 y 1960, Milwaukee eligió a tres alcaldes socialistas y varios funcionarios municipales, incluido Víctor Berger, el primer legislador federal socialista en Washington, conocido por sus iniciativas progresistas, como la retirada de tropas estadounidenses de la frontera con México.
Esta ciudad sufrió una severa desindustrialización a partir de los años setenta, lo que resultó en una disminución de la población y un aumento de la pobreza. En 2020, el 27 por ciento de su población vivía en condiciones de pobreza. A pesar de esto, Milwaukee ha visto un resurgimiento de corrientes progresistas con el surgimiento del senador socialista democrático Bernie Sanders y su movimiento. Hoy, cientos de activistas marcharon en protesta contra Trump y su movimiento «Make America Great Again» (MAGA), en una manifestación que abogó por los derechos de inmigrantes, mujeres y la paz.
El evento de protesta, coordinado por Omar Flores, atrajo a unas mil personas cerca de la arena donde se realiza la convención republicana. Flores declaró que «no son bienvenidos en nuestra ciudad», reflejando la oposición a las ideas de Trump. Aunque esta fue la única protesta formal programada, expresiones de oposición son visibles en espectaculares y murales que denuncian la supresión del voto de minorías y apoyan movimientos como Black Lives Matter. Milwaukee, una ciudad de migrantes durante más de 160 años, sigue siendo un símbolo de resistencia y diversidad cultural frente a las políticas antimigrantes actuales.