Por: Clemente Castro
En un momento crucial para el desarrollo de Reynosa, el Tercer Informe de Gobierno del alcalde Carlos Peña Ortiz presenta un panorama alentador. La inversión de más de 3,700 millones de pesos en infraestructura marca un antes y un después en la historia de esta ciudad fronteriza, reflejando el compromiso de su administración por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Pero más allá de las cifras, este informe subraya la importancia de la colaboración entre los tres niveles de gobierno para alcanzar el bienestar social y el crecimiento urbano.
La transformación de Reynosa no se ha dado de la noche a la mañana ni en solitario. El respaldo de los gobiernos estatal y federal ha sido un pilar fundamental. El Gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, ha jugado un papel clave, con una inversión de más de 400 millones de pesos en infraestructura, lo que demuestra una sinergia esencial para impulsar proyectos de gran envergadura. Asimismo, el Programa de Regularización de Vehículos Usados (REPUVE), promovido por el Gobierno federal, ha añadido 184 millones de pesos al presupuesto, una aportación significativa que refuerza la capacidad de la administración local para llevar a cabo su ambicioso plan de obras.
Lo más destacado del informe es el enfoque claro en el bienestar social. Peña Ortiz ha optado por una estrategia que prioriza la movilidad, la infraestructura básica y el equipamiento urbano, áreas que afectan directamente la calidad de vida de los ciudadanos. Las obras no solo mejoran el aspecto físico de la ciudad, sino que buscan subsanar necesidades históricas que habían sido ignoradas por administraciones pasadas. Esto es evidente en el Plan de Obra Pública Más Grande en la Historia de Reynosa, un proyecto que no se limita a la cantidad de obras realizadas, sino que se enfoca en criterios de sustentabilidad y ordenamiento territorial, elementos que aseguran un crecimiento equilibrado y respetuoso con el entorno.
Sin embargo, no podemos perder de vista que este impulso al desarrollo también enfrenta desafíos. Reynosa sigue siendo una ciudad con profundas brechas sociales, donde la pobreza, la inseguridad y la falta de oportunidades siguen marcando la vida de muchos de sus habitantes. Por lo tanto, aunque las obras de infraestructura son vitales, no pueden ser la única respuesta. El reto para Carlos Peña Ortiz y su administración será lograr que estos proyectos se traduzcan en un cambio real en la vida cotidiana de los ciudadanos, generando no solo una ciudad más moderna, sino también una más justa y equitativa.
Otro aspecto que merece atención es el llamado del alcalde a los actores políticos y económicos a no perder de vista el bien común. En tiempos de polarización, la gestión de Peña Ortiz ha intentado mantener un enfoque en el interés colectivo, invitando a los legisladores y a la iniciativa privada a trabajar en favor del desarrollo y no de intereses particulares. Esto es crucial en un contexto donde la corrupción y la falta de transparencia siguen siendo temas recurrentes en la opinión pública.
Reynosa se encuentra en un momento de cambio, con un gobierno que ha demostrado capacidad para gestionar grandes proyectos, pero que también deberá enfrentar las expectativas de una ciudadanía que busca soluciones a sus problemas más urgentes. El tercer informe de Carlos Peña Ortiz es un avance, pero también es un recordatorio de que aún queda mucho por hacer.