Trump se convierte en el primer expresidente condenado

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Este viernes, en un evento que marcará un hito en la historia de Estados Unidos, concluyó en Nueva York el primer juicio criminal contra un expresidente, Donald Trump. A pesar de sus esfuerzos por evitarlo, incluyendo apelaciones urgentes ante tribunales de apelación e incluso la Suprema Corte, Trump fracasó en su intento por eludir la justicia. Ahora, con su retorno previsto a la Casa Blanca el próximo 20 de enero, será el primer presidente en la historia del país en ser condenado y sentenciado por delitos graves.

A lo largo de su carrera, Trump había logrado evitar que varios de los casos criminales en su contra avanzaran, ya sea por medio de maniobras legales o por la desestimación de algunos cargos. Entre los casos que había logrado descarrilar se encontraban acusaciones federales de intentar subvertir el proceso electoral en 2020 y de manejar ilegalmente documentos clasificados, así como un caso estatal por interferir en las elecciones de Georgia en 2020. Sin embargo, el veredicto de este viernes en Nueva York marca un punto de inflexión.

Trump fue condenado por un jurado en mayo de 2024 a 34 cargos criminales relacionados con la falsificación de documentos financieros de sus negocios para ocultar un pago de 130 mil dólares durante su campaña presidencial de 2016, con el fin de comprar el silencio de la actriz de cine para adultos Stormy Daniels sobre un encuentro sexual ocurrido años antes. Aunque el acusado intentó todo lo posible por evadir la condena, incluida su insistencia en que el caso era parte de una «cacería de brujas» contra su figura política, este viernes fue obligado a presentarse en un tribunal de Manhattan, de manera remota desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida, para escuchar la sentencia.

El juez Juan Merchan, quien presidió el caso, determinó que, debido a su condición de presidente electo, la única pena que podía imponerle era un «descargo incondicional», es decir, una pena simbólica sin condena de prisión, multas o libertad condicional, aunque podría haber sido condenado hasta a 4 años de cárcel. El juez subrayó que, aunque los presidentes electos gozan de ciertas protecciones legales, «un poder que no ofrecen es el poder de borrar una sentencia por un jurado». En este sentido, Merchan sentenció que, aunque Trump es un presidente electo, «Donald Trump, el ciudadano ordinario, el criminal acusado, no tiene derecho a tales protecciones».

Uno de los fiscales en el caso, Joshua Steinglass, acusó a Trump de percibirse como «por encima de la ley» y de no asumir responsabilidad por sus acciones. Además, señaló que su retórica pública durante y después del juicio puso en peligro la seguridad de funcionarios y testigos, así como de sus familias, y dañó la confianza pública en el sistema de justicia criminal.

Trump, por su parte, reiteró su postura habitual: insistió en su «total inocencia», atacó a los fiscales y a los jueces, y acusó a sus detractores de motivaciones políticas. A través de su red social, Trump descalificó la sentencia como parte de una «cacería de brujas» y celebró su «victoria» al mantenerse como presidente electo.

Sin embargo, esta no es la única derrota judicial reciente de Trump. A principios de la semana, un tribunal de Nueva York lo encontró culpable de difamación y lo obligó a pagar 88.8 millones de dólares a la periodista E. Jean Carroll, quien lo acusó de abuso sexual. Además, otro juez ordenó que pagara 455 millones de dólares a la procuradora estatal de Nueva York por manipular los valores de su negocio inmobiliario de forma fraudulenta.

En otro revés para el expresidente, la Suprema Corte de EE.UU. rechazó su intento de evitar la difusión del informe del fiscal federal sobre la interferencia electoral que culminó en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Aunque el informe no fue publicado aún, la decisión podría llevar a que el contenido del informe se haga público en las próximas semanas, lo que podría generar nuevas repercusiones legales y políticas para Trump.

A pesar de estos reveses, Trump también logró algunos triunfos legales. Sus abogados consiguieron que se desestimaran dos casos federales que lo implicaban en la subversión del proceso electoral de 2020 y en el manejo indebido de documentos clasificados. Asimismo, las maniobras legales han logrado postergar el caso de interferencia electoral en Georgia, el cual queda pendiente mientras Trump ocupa la Casa Blanca.

En cuanto a los posibles efectos de su condena, se especula sobre las implicaciones que tendría un Trump criminal convicto. Por ejemplo, teóricamente no podría obtener una licencia para portar armas de fuego. Además, varios países, como México, Canadá, Reino Unido y Australia, tienen restricciones de entrada para personas con antecedentes penales, lo que podría complicar sus futuros viajes internacionales.

Así, Trump no solo hará historia como el primer expresidente condenado, sino que también deja planteada una incógnita más profunda: ¿es realmente cierto el principio fundacional de Estados Unidos de que «nadie está por encima de la ley»? La respuesta a esa pregunta podría definir el rumbo de la política estadounidense en los próximos años.

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