El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una nueva política arancelaria que afectará a aproximadamente 60 países, imponiendo un arancel básico del 10% y otros recíprocos para los principales socios comerciales de EE. UU. Sin embargo, México y Canadá fueron excluidos de estos gravámenes, según lo confirmaron fuentes de la Casa Blanca. Bajo el nuevo esquema, los bienes incluidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) seguirán exentos de aranceles, mientras que los productos fuera de este acuerdo enfrentarán tarifas del 25%, y la energía no cubierta por el T-MEC tendrá un gravamen del 10%.
A pesar de la exención general, Trump también confirmó que se aplicarán aranceles universales del 25% a los automóviles fabricados en el extranjero, incluyendo a México y Canadá, aunque solo sobre las partes de vehículos que no se produzcan completamente en EE. UU. El presidente reiteró su mensaje de que la única manera de evitar tarifas es fabricar productos dentro de Estados Unidos, advirtiendo que las naciones que no eliminen sus barreras comerciales enfrentan tarifas elevadas.
El anuncio fue recibido con incertidumbre debido a la falta de detalles claros y la caótica forma en que fue presentado. Aunque Trump destacó que sus medidas tienen como objetivo revitalizar la industria estadounidense y reducir la inmigración ilegal, las negociaciones para ajustar o modificar estas tarifas continúan. Las reacciones de los sectores empresariales y financieros de EE. UU. y del resto del mundo están a la espera de los próximos pasos que tome el mandatario, mientras persisten dudas sobre el impacto económico global de sus políticas.