Robert Gregory Bowers, autor de la matanza en una sinagoga en Pittsburgh el pasado sábado, afirmó que odia a los judíos porque están cometiendo genocidio
, y dijo que quería que todos murieran, de acuerdo con documentos que se divulgaron este domingo.
Las 11 personas asesinadas en el templo ya fueron identificadas; sus edades fluctúan entre 54 y 97 años, informaron agentes que intervienen en la investigación del ataque más mortífero contra la comunidad judía en Estados Unidos, agresión que fue condenada por el papa Francisco.
El atacante, de 46 años, quien fue puesto bajo custodia después de un enfrentamiento con la policía, podría ser condenado a pena de muerte al ser acusado de múltiples cargos por asesinato y crímenes de odio. Deberá comparecer ante un magistrado federal este lunes.
Durante el curso de su ataque, Bowers evocó su deseo de matar judíos
, detalló el fiscal del distrito oeste de Pennsylvania, Scott Brady, en conferencia de prensa.
Las autoridades indicaron que el ataque, que duró unos 20 minutos, comenzó cuando el hombre armado irrumpió en el edificio el sábado por la mañana y abrió fuego con un rifle de asalto AR-15 y dos pistolas Glock.
Tras el ataque, en todo el país se llevaron a cabo vigilias de oración y servicios religiosos en memoria de las víctimas, mientras se emitieron palabras de consuelo de la comunidad judía estadunidense, la más numerosa fuera de Israel. Por separado, el papa Francisco y líderes europeos enviaron mensajes de condolencia.
Líderes judíos sugirieron que el ataque no fue del todo inesperado, haciendo notar un fuerte aumento en actos antisemitas en medio del duro discurso político, a veces de odio, de los años recientes, particularmente el del presidente estadunidense, Donald Trump, quien calificó el tiroteo en la sinagoga de un acto desquiciado
, y ordenó que todas las banderas ondearan a media asta hasta el 31 de octubre en señal de respeto solemne
por las víctimas.
Bill Peduto, alcalde de Pittsburgh, sostuvo que se debería pensar cómo quitar las armas de fuego de las manos de aquellos que quieren expresar su odio racista