Tras desprestigio, al Azteca le esperan más momentos crí­ticos

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A pesar de la magnitud que tuvo la cancelación del partido de la NFL en Ciudad de México, Raúl Barrios, ex director de operaciones del estadio Azteca, no se sorprendió. Lo esperaba. Si acaso le intrigaba por qué habí­a tardado tanto la liga de futbol americano profesional en cancelar el Juego de Lunes por la Noche entre los Carneros de Los íngeles y los Jefes de Kansas, con la evidencia semanal de que la cancha no mejoraba.

Por casi dos décadas, Barrios estuvo a cargo del inmueble, del mantenimiento y reparación de la cancha. Por eso, la sorpresa le llegó cuando se enteró que le cambiarí­an el césped al Azteca por un campo hí­brido, 20 por ciento artificial y 80 natural. Eso, sí­ lo asombró.

Hace más de 10 años, una compañí­a holandesa llegó a ofrecerme un cambio de pasto como ese, recuerda Barrios; cultivamos unos metros para probar en el vivero, después de algunas pruebas vimos que no era necesario un cambio.

Faltó asesorí­a

Ese tipo de pasto –explica Barrios– es adecuado para canchas en climas extremos, donde hay temporadas de nieve o altas temperaturas, no para Ciudad de México.

Porque ese tipo de pasto no se coloca para tener más uso de la cancha, asegura; si acaso se puede incrementar 20 por ciento más, pero no demasiado, entonces no era lo que necesitábamos.

El prestigio internacional que tiene el estadio Azteca –continúa– lo hace objetivo de infinidad de compañí­as que ofrecen servicios de toda naturaleza. El error se cometió –en su opinión– en no contar con una serie de asesores con experiencia en este tipo de procesos y las malas decisiones para enfrentar el deterioro que se notó desde el inicio del torneo de futbol local.

Después de un par de conciertos musicales de Shakira en octubre y un festival de un canal musical de Televisa, a unos dí­as del partido, empezó a percibirse preocupación de si podrí­a albergar el partido pactado para el 19 de noviembre.

Por la tarde del martes, la NFL canceló el juego porque las condiciones de la cancha no cumplí­an con lo que exige la liga. Los responsables del estadio Azteca argumentaron que la inusual y larga temporada de lluvias y la carga de espectáculos comprometidos impidieron el desarrollo favorable de la nueva cancha.

La temporada de lluvias no es anormal, acota Barrios; esto lo hemos vivido en otros momentos y la carga de actos ha ocurrido siempre en el Azteca, y los que tuvieron en las recientes semanas con Shakira y Telehit no son producciones descomunales ni tan masivas como las que tuvo U2 (2006 y 2011) y Paul McCartney (2017), y después de aquellas presentaciones tuvimos partidos sin problemas.

Mientras transcurrí­a el torneo de futbol local y se reiteraba el mal estado de la cancha, a Barrios le pareció extraño que no tomaran medidas de emergencia, pues se acercaba la fecha comprometida de NFL, con quien ha trabajado el ex director de operaciones y conoce los estándares que exige.

Era evidente que lo habí­an hecho muy mal, sostiene Barrios. No vi ningún golpe de timón ante lo que estaba ocurriendo con el pasto; lo hicieron apenas un par de semanas antes del juego de NFL, que metieron máquinas especializadas para tratar de repararlo, pero ya era tarde, sólo trataron de parchar cuando vieron que la situación era grave.

A Barrios le preocupa el deterioro en el prestigio internacional que tiene el Azteca y, en consecuencia, la imagen del paí­s, uno de los inmuebles con más historia y –asegura– una de las mejores canchas del mundo.

Lo advertí­ desde el inicio, ahí­ están mis testimonios en redes sociales y en entrevistas cuando se anunció el cambio de pasto, comenta Barrios: lo más preocupante es que todaví­a podemos ver más momentos crí­ticos en el Azteca, viene la liguilla y podrí­a dar de qué hablar, que no se pudiera jugar o que se lesionara algún jugador.

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