La Asamblea General de la ONU adoptó este lunes, sin los votos de Estados Unidos y Hungría, el Pacto Mundial sobre los Refugiados.
El texto sobre la gestión de los refugiados recibió 181 votos a favor, dos en contra y tres abstenciones.
Al igual que el Pacto Mundial sobre las Migraciones, el de los refugiados no es vinculante. Ambos textos surgieron de la Declaración de Nueva York, adoptada por unanimidad en 2016 por los 193 integrantes de la ONU, con la que se procuró mejorar la capacidad para recibir refugiados y migrantes así como facilitar, si es del caso, el regreso a sus países de origen.
Redactado por el Alto Comisionado para los Refugiados con sede en Ginebra y dirigido por el italiano Filippo Grandi, el Pacto Mundial para los Refugiados busca ofrecer lineamientos para gestionar los movimientos masivos de refugiados así como situaciones prolongadas de refugio.
Va a permitir «reforzar la asistencia y protección de 25 millones de refugiados en el mundo», dijo a la AFP la presidenta de la Asamblea General de la ONU, la ecuatoriana María Fernanda Espinosa.
El documento marca cuatro objetivos esenciales: aliviar la presión sobre los países de acogida, aumentar la autonomía de los refugiados, ampliar el acceso a terceros países y ayudar al país de origen a crear las condiciones que permitan el retorno seguro y digno de los refugiados.
Estados Unidos votó en contra del documento pese a que participó en las negociaciones para su redacción, que duraron ocho meses.
El Pacto Mundial de Migraciones, adoptado en julio sin el voto de Estados Unidos y del que luego se retiraron varios países, será objeto el miércoles de una ratificación en la Asamblea General de la ONU.