Mama Y La Navidad

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Desde Esta Esquina / Meliton Guevara Castillo.

¿Qué es la navidad? La respuesta, si partimos del contexto religioso, es festejar el nacimiento de Jesús; de recordar como nació y de cómo, luego, su doctrina cambio la historia de la humanidad al grado que se divide en antes de Cristo (a.c) y en después de Cristo (d.c). Así­, no hay forma de minimizar su nacimiento, su vida y su obra; que sigue influyendo en buena parte del mundo, sea por la iglesia católica o por el cristianismo.

La realidad actual de la doctrina de Jesús se incrementa notablemente en el contexto del cristianismo, pero disminuye en el del catolicismo. Y todo porque la doctrina de humildad, sobre todo, no se nota en el catolicismo. De ahí­ que, dí­a a dí­a, hasta la misma iglesia católica se lamenta perder dí­a a dí­a feligreses, seguidores. Dijo mama (es católica) que el sacerdote les dijo: tenemos que salir a la calle, como le hacen los otros.

MAMA Y LA NAVIDAD.

El domingo estuve con mama, en la visita dominical. Sentados a la entrada de la calle, veí­amos como unos niños disfrutaban una bicicleta. Fue en ese momento en que me comenta: ya los niños no quieren bicicletas de juego, ahora quieren celulares, consolas para jugar, cosas de internet, remato. Y eso fue el detonante para, efectivamente, hacer la reflexión sobre la dinámica de hacer regalos de navidad.

Hay cambios o una evolución generacional que, incluso, tiene que ver con el contexto familiar. En mi caso, mama recuerda como a veces, Santa nos traí­a una bolsa de dulces que contení­a un pito y con eso, dice, se entretení­an haciendo mucho ruido. Recuerdo, también, que a veces nos traí­a canicas, carritos de madera o de lámina… y nosotros, allá en Campoamor, felices y felices.

ELECTRONICA Y CELULARES.

Mama ha sido testigo de cómo, sus nietos y bisnietos, han sido objeto de un consumismo diferente. A sus nietos, por lo regular, les compraban bicicletas, carritos de pilas, muñecas, comedores, figuras de muñecos, entre otras cosas. Sin embargo, hoy a los bisnietos, lo que piden son celares, tabletas u cosas o artí­culos que tienen que ver con el internet, las redes sociales. Los cambios, la evolución, son notables, increí­bles.

Esa evolución va de la mano, se entiende, del desarrollo de la ciencia y la tecnologí­a. La publicidad crea deseos, forma hábitos, y desarrolla mayor consumismo. Hoy en dí­a, por ejemplo, en la ciudad el deseo por interactuar en las redes sociales es tremendo. Si uno observa a los niños de primaria, podrá darse cuenta que buena parte de ellos traen celular y, en ciertos casos, no son sencillos.

AMOR Y FRATERNIDAD.

La iglesia católica una y otra vez, en estas fechas, hace cada año la misma recomendación: que nos olvidemos de las frivolidades, de los festejos mundanos, que la celebración del

nacimiento de Jesús debe ser pleno de amor, de fraternidad, de solidaridad… y que no seamos ví­ctimas, pues, del consumismo y de festejos que no tienen nada que ver con la doctrina de Jesús. Por eso es, vaya pues, la cena de Noche Buena, celebrar el nacimiento de Jesús.

La cena de navidad, con adornos navideños sin olvidar el pinito, es todo un ritual. En principio es una fiesta de vida, de alegrí­a, de felicidad por el nacimiento de Jesús; al momento de la cena la norma indica que se debe dar gracias a Dios por los alimentos, se pide que los bendiga, se agradece por la vida y se hace oración por los miembros de la familia, en especial si alguien tiene problemas de salud. Se brinda y se consumen los alimentos. Posteriormente se abren los regalos.

En sentido estricto, el nacimiento de Jesús se debe festejar prodigando amor y fraternidad a nuestros semejantes, en principio a nuestra familia, a nuestros padres, familiares y amigos. Por eso, exclamar ¡Feliz Navidad! Y dar, en ese momento un abrazo de amor y fraternidad, es la mayor felicidad que puede obtener quien, con su fe, promueve, ejemplifica y desarrolla la doctrina de Cristo.

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