Desde Esta Esquina / Meliton Guevara Castillo
En términos nacionales ya regresaron a clase 25 millones 400 alumnos de educación básica; en tanto que, aquí en Tamaulipas, fueron 689 mil. Se les terminaron las vacaciones a los niños y, también, a los profesores. Y es el momento de reflexionar sobre la educación de nuestros hijos, de nuestros nietos o sobrinos. Es momento de volver a pensar sobre el acto de ir a la escuela y preguntarnos: ¿educación para qué? La respuesta nos lleva, invariablemente, a tipificar el típico de educación que se ofrece en México.
En principio recordemos como es, o debe ser, la educación en México, según el artículo 3 Constitucional: “La educación que imparta el Estado tendera a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentara en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.†Además, será de un criterio: democrático, nacional, fomentara la convivencia y, obvio, tendrá que ser de calidad.
FRACASO EDUCATIVO.
Sexenio tras sexenio se habla de un fracaso educativo. Se vuelve a repetir que estamos reprobados, internacionalmente, en español, matemáticas, física, química… y, bueno, ahora sabemos que también estamos reprobados en honestidad. Así, por eso, sexenio tras sexenio se inaugura una reforma educativa; y, en cada sexenio, hay borrón y cuenta nueva. Ahora con AMLO, recuérdese, va para atrás la reforma de EPN e, incluso, el sistema de evaluación de los maestros.
¿Por qué en México no se ha logrado establecer un sistema educativo de calidad? En buena medida, la culpa ha sido trasladada a los maestros, por la corrupción de su organización sindical; pero, obvio, eso sucedió porque el gobierno mismo lo propicio: uso a los maestros en el campo político-electoral y se acostumbraron a las canonjías, a lo privilegios. Por eso, en su momento, para satisfacer más su ambición de poder Elva Esther Gordillo, como dueña del sindicalismo magisterial, creo su propio partido político: el PANAL.
FINALIDAD EDUCATIVA.
Al ser el Estado el responsable de la educación es quien, con su sistema educativo, sus planes y programas, diseña los objetivos, la intención, del proceso de enseñanza-aprendizaje. En el gobierno de EPN, quien dio inicio a la reforma educativa llego a decir que los niños debían aprender a aprender…con esa afirmación, su diagnóstico de la educación es lacerante: como quien dice, empezar de cero. ¿Por qué estamos así? ¿A quién le cargamos la culpa?
La visión de la izquierda, de antes y de hoy, es que el Estado educa y forma a su sociedad para que acepte el statu quo, para que no reclame, sea pasiva, menos reflexiva y crítica. Una especie de borregos… por eso, incluso, la democracia no avanzaba, no había oposición. Por eso, en su momento, Luis Echeverría pregono el cambio de estructuras mentales y no le
funciono, seguimos en la educación bancaria: el profesor depositando conocimientos en la mente de sus alumnos. Era una educación para que el sistema siga funcionando.
ADOCTRINAMIENTO EDUCATIVO.
Aun no conocemos nada, si, nada de cómo será el modelo educativo de AMLO. Sabemos, eso sí, porque lo ha dicho una y mil veces, que una reforma educativa va de la mano de los profesores. También sabemos que AMLO quiere hacer más y más universidades públicas, masificar la educación superior. Y, más de uno de sus críticos, le endereza la crítica de que serán una vía para el adoctrinamiento político.
La educación, efectivamente, tiene una intención: cuando Sebastián (subcomandante Marcos) impartía la catedra de diseño gráfico en la UAM, pedía lecturas obligatorias: El manifiesto del partido comunista, El estado y la revolución, por dar un ejemplo, y cuando lo cuestionaron sus alumnos les replico: es para que tengan una base teórica al elaborar carteles, dibujos, caricaturas, entre otras cosas. Y eso, se puede hacer: por eso las escuelas privadas imparten “religiónâ€, pese a que la educación es laica, moldean la mente y las actitudes de sus alumnos.
RETO EDUCATIVO.
El articulo 3 nos habla de una educación democrática, sin discriminaciones; nacional, para todo México, que fomente la convivencia y que sea de calidad: tienen que convivir y aportar sus esfuerzos el gobierno, los maestros, los padres de familia, con solo un propósito: que los alumnos obtengan una educación de calidad, que no se tilde al sistema educativo de “fracasoâ€, ni tampoco se etiquete a maestros y padres de familia como irresponsables o desobligados. En pocas palabras: jalar parejo, es el reto del modelo educativo que proponga AMLO.