A más de 36 horas de ocurrida la explosión de una toma clandestina de combustible en el ducto Tuxpan-Tula, los habitantes de esta comunidad han comenzado a colocar carteles con imágenes de sus familiares en busca de obtener información de su paradero. La lista de desaparecidos se mantiene en 70 casos.
A pesar de que ayer concluyeron las labores de búsqueda en el canal de riego donde estaba también la toma clandestina, hay habitantes que consideran que habría casos en los que sus familiares pudieron haber sido consumidos por la explosión y el prolongado incendio en torno a donde cientos recogían gasolina.
Las oficinas municipales, postes de algunas avenidas principales, entregan hojas tamaño carta con la imagen y los datos de contacto.
Los improvisados carteles de búsqueda son entregados también a otros pobladores que han acudido al sitio de la explosión —que dejó un saldo de 79 muertos y 66 lesionados—, con la esperanza de que alguien les aporte alguna información.
Decenas de habitantes de Tlahuelilpan y de comunidades que se localizan a distancias que oscilan entre 10 y 15 kilómetros han permanecido en el Centro Cultural en espera de información, entregando documentos, aportando los datos generales y alguna seña particular que lleve a la identificación de sus parientes.
Con gruesas chamarra, pero en su mayoría con cobijas, han tratado de cubrirse del frío que en las dos madrugadas que ya llevan ha estado por debajo de los cero grados, algunos han tenido a sus hijos pequeños a su lado o en sus brazos, muchas son esposas o madres de los desaparecidos.
La alcaldía colocó una pantalla gigante en la que se pueden leer los nombres de cada persona reportada, la comunidad a la que pertenecían y que el viernes pasado acudieron a tomar gasolina al kilómetro 226 del ducto Tuxpan-Tula y ya no volvieron a sus hogares.
Las sillas son insuficientes para que todos estén dentro del centro cultural, por ello también se colocó sillería bajo una lona, pero a pesar del clima los familiares prefieren permanecer sentados en la banqueta y andadores de frente a las instalaciones gubernamentales.
Ademas, también se han colocado los carteles en municipios cercanos comoTula,Mixquiahuala y Tetepango, y los familiares de las víctimas de la explosión recurrieron a la asociacion civil Sonrisas Pérdidas para que se publicaran en su pagina de internet.
Algunos de los nombres y fotos de los desaparecidos que fueron publicados son el de los hermanos Jonathan y Marcos Calva.
Jonathan al momento en que se suscitó el estallido vestía camisa roja y pantalón de mezclilla, en tanto Marcos camisa roja con blanco y una gorra.
Tambien el de Jesús íngel Cruz Zapote, de 15 años de edad, quien todavía el domingo se encontraba en calidad de desaparecido. Otro es Mario Hidalgo Velazco cuya edad no se da a conocer .
En la página también hay casos en que se pide ayuda para localizar a familiares de personas cuyos cuerpos quedaron calcinados y que permanecen en calidad de desconocidos .
“Se busca a la familia de este joven ya que podría ser uno de los cuerpos que están en la funeraria el íngel en Tula hidalgo (identificado por la hebilla de puma) es una de las víctimas de la explosión en Tlahuelilpan Hidalgo» , se puede leer en Sonrisas Pérdidas .
El sitio
La zona de la explosión sigue bajo resguardo del Ejército, y los habitantes no han dejado de llevarles agua y alimentos, de estar a la expectativa de los trabajos que allí se realicen los peritos de la Procuraduría General de Justicia estatal, el personal de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República y personal de Petróleos Mexicanos.
Los primeros restos ya fueron entregados a sus familiares, uno de los casos en los que este domingo se realizará la inhumación es el de Gerardo Preciado Conejo, cuya profesión era taxista y el viernes acudió desde la comunidad de Teltipán, para tratar de obtener gasolina para su vehículo, pues durante días las gasolineras no tuvieron suministro.
Gerardo Preciado falleció en el sitio de la explosión, y su hijo se encuentra grave -a consecuencia de las quemaduras—, en el hospital de Pemex, en la Ciudad de México, su familia tiene la esperanza de que pueda ser trasladado a Estados Unidos para que reciba atención médica.