Desde Esta Esquina / Meliton Guevara Castillo
¿Qué está sucediendo en México? ¿Por qué está sucediendo? ¿A quién debemos cargarle la culpa? AMLO, una y otra vez, afirma que todo es culpa de la corrupción; efectivamente, a ello debemos, sin la menor duda, agregar el problema de la pobreza. Yes que de pronto observamos hechos y no encontramos la explicación. Bueno, si la hay, pensamos en que todos debemos cambiar, no solo el gobierno.
Antonio González Sánchez es el obispo de la ciudad. Y en su conferencia de los domingos hizo una reflexión sobre lo que sucedió en el Estado de Hidalgo. No habla de corrupción, como AMLO, pero si de lo que se siembra en el hogar; de que es, si, que es, lo que los padres inculcan a sus hijos en el hogar. Sus palabras son sensatas: antes de criticar, sentencio, debemos de ver que estamos sembrando en nuestro hogar.
El EJEMPLO DE LOS PADRES.
Hace tiempo en los spots de una asociación hacía notar que los padres, por decir, que compran cosas piratas, estaban induciendo a sus hijos a hacer exactamente lo mismo. Y efectivamente, ahí está el meollo del asunto, como bien dice el obispo Antonio González Sánchez: enseñar a los niños que robar es malo y que, hacerlo, tarde o temprano traerá consecuencias. En otras palabras: la distinción entre el bien y el mal.
La cuestión es que los padres también responden a factores sociológicos. Un padre, por decir, que no tiene nada de qué preocuparse de los problemas económicos, induce a sus hijos a pensar que, para tener algo, basta con pedir o estirar la mano; un padre de escasos recursos, que es necesario trabajar y trabajar, más y más cada día. La cuestión es que, ante la falta de empleo, o simplemente de un sueldo decoroso, es cuando se cae en la tentación de lo incorrecto por lo fácil que aparenta ser, sin complicaciones.
LA CORRUPCION SIMPLIFICA LAS COSAS.
Para AMLO la corrupción es la base de todas las desgracias, digamos, del pueblo mexicano. Y es que, nos hemos acostumbrado a ella: dar mordida al agente de tránsito para que no nos multe; una propina al de la ventanilla, para que apure un trámite burocrático; sacar copias gratis en la oficina de gobierno y, no se diga, cuando se trata de un permiso, sea para construcción o para el establecimiento de un negocio. Por una corta, se consiguen una y mil cosas.
La teoría de AMLO es válida. El servidor público es corrupto, porque así es su jefe. Si el Presidente roba, también lo hacen los secretarios. Por eso, en un tiempo, se le decía al amigo encumbrado, cuando se le solicitaba un empleo: tú ponme donde hay, de los demás yo me encargo. O como le dijo al presidente uno de sus amigos: no me des, solo no me niegues el saludo cada vez que te vea, en otras palabras, charoleaba, traficaba con influencias. Igual que en el gobierno, siguiendo al obispo, pues sucede en la familia.
CULTURA DEL PUEBLO.
Se pudo haber evitado la tragedia del ducto y la explosión. Dos elementos quiero remarcar: 1) La pobreza: quien es pobre, siempre trata de aprovechar cualquier oportunidad para ahorrarse un peso o, en su caso, para ganárselo. Eso pudo ser, una de tantas, las razones y motivos de la población para ir con garrafones a tomar gasolina que, entiéndase, no era de ellos; 2) La cultura de que, si soy pobre, no tengo nada, tengo que aprovechar cualquier oportunidad para agandallar. Se escucha mal, pero es parte de una realidad.
Tomar algo que no es tuyo, es una acción inequívoca. Pero estamos acostumbrados: se vuelca un camión con frutas, verduras u algo comestible, la rapiña es inmediata. Incluso, hace semanas, se vio como volcó un camión de semovientes… y ahí mismo, por increíble que parezca, los animales eran sacrificados. El daño es para el chofer y la empresa transportadora… En otros países, con otra cultura, ante casos como estos la acción es de solidaridad, de cooperación y apoyo, no de agandalle, tal y como sucede.
EL RETO DEL CAMBIO.
¿Qué sembramos en el hogar? ¿Sembramos actitud positiva al trabajo? ¿Sembramos valores de superación, de responsabilidad, de honestidad, de solidaridad, cooperación y apoyo? ¿Sembramos amor y fraternidad o sentimientos de orgullo, vanidad, ambición? Lo que sembramos, efectivamente, es lo que cosechamos: por eso, como bien dice el religioso, hay familias desintegradas, divididas, peleadas. Y eso, si lo trasladamos a otro nivel, del barrio, de la calle, de la comunidad, pues es lo mismo pero con mayor intensidad…forjamos individuos con personalidades individualistas, egoístas.