Humo Blanco Clemente Castro González
Se entiende que la izquierda, pese a sus variantes-, tiene coincidencias que van más allá de los intereses partidistas en tanto son de orden superior, porque están a favor de los cambios profundos en lo económico, político y social, en beneficio de los sectores populares que, dicho sea de paso, aseguran representar.
De modo que los dirigentes de los organismos de izquierda deberían ponerse de acuerdo para afrontar los comicios mediante candidaturas comunes a fin de alcanzar los objetivos y metas trazadas.
Sin embargo, esto no sucede conforme a la lógica y menos a un ideal romántico, en tanto que cada partido, dependiendo de los liderazgos y las conveniencias, hace sus movimientos en las coyunturas electorales o cuando se debe estar a favor o en contra de tal o cual causa.
Lo vimos en las elecciones recientes para Presidente de la República, en el que dos entes de izquierda-el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y el Partido del Trabaja (PT) se coaligaron, junto con el Partido Encuentro Social (PES), de ideología más bien conservadora, para abanderar la candidatura del ahora jefe del ejecutivo federal, ANDRí‰S MANUEL Lí“PEZ OBRADOR.
Por otro lado, el que fuera un referente de la izquierda mexicana, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) opto por ir en alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), al que se le liga con la tendencia de derecha.
En síntesis, al margen de ideologías y principios, lo que priva a la hora de las decisiones para ir en unión a enfrentar una competencia electoral son aspectos de carácter práctico y de utilidad.
Y esto explica lo que acaba de suceder en Tamaulipas, en donde se malogró la alianza entre MORENA y el PT, pese a que sus guías habían expresado la decisión de ir juntos a las elecciones para la renovación del Congreso.
De modo que, en un abrir y cerrar de ojos, lo que era un proyecto perfilado quedó reducido a nada, mientras fluyen las verdades a medias que evidencian que el problema no fue las posturas ideológicas sino lo referente a la repartición de candidaturas.
El primero que salió a dar la cara, de algo que se habría resuelto entre las directivas partidistas a nivel central, fue el presidente del Consejo Estatal de MORENA, ANTONIO LEAL DORIA, quien simplemente
informó que la solicitud de registro que se presentó ante el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) a fin de ir aliados el proceso local ordinario 2018-2019, “para elegir a Diputados a integrarse en la legislatura local, no se materializóâ€.
Lo propio hicieron los petistas, en voz del dirigente, ARCENIO ORTEGA LOZANO, mismo que, en rueda de prensa, sostuvo que el rompimiento de alianza se dio porque MORENA quería acaparar las candidaturas.
El antecedente es que los aliancistas habían expresado su voluntad de ir de la mano a la competencia en 21 de los 22 distritos que estarán en disputa.
Se sabe que, posterior a la intención original plasmada en un documento, se hizo una especie de complemento en el que se estableció que solo se iban a repartir los candidatos en 11 distritos, reservando el resto para MORENA.
Ahora bien, en tanto que las elecciones son una competencia política que se gana, entre otros elementos, con el soporte de la militancia y las estructuras partidistas, es de esperar que se hiciera un valoración de lo que significa el PT en el estado.
Queda claro que los partidos, al margen de sus tendencias, no son “damas de la caridad†y sus líderes actúan con sentido pragmático.
Porque de lo que se trata es de sumar fortalezas para ganar y, por tanto, las candidaturas se otorgan de acuerdo a la representatividad.
De manera que si se le quiere ver desde el punto de vista de lo “romántico†o mejor dicho de la reciprocidad de MORENA con el PT por la el “apoyo†recibido en los pasados comicios federales para el triunfo de Lí“PEZ OBRDOR y la obtención de las mayorías en las cámaras de diputados y senadores, tendríamos que hablar de un mal agradecimiento.
Pero también habrá que ver, en los fríos números, que tanto sumó a la causa el PT y, por supuesto, cuáles son sus contingentes para afrontar la lucha que ésta por comenzar.
Ahora si que, según dijeran los clásicos del sistema político mexicano: “en política no hay amistades que valganâ€.
Sin salirnos de éste tipo de asuntos tenemos que sonó muy bien lo que vino a decirles a los priistas su lideresa nacional, CALUDIA RUIZ MASSIEU, el pasado viernes.
Por ejemplo eso de que “se inscriban todos los que quieran; todos tienen el mismo derecho pero no hay pase automático; hay una oportunidad igual para todosâ€.
Esto en cuanto a las candidaturas a las diputaciones que, a decir de la cúpula del tricolor, encabezada por YAHLLEL ABDALA CARMONA, se trata de una larga lista, en cada distrito.
Otro línea del mensaje de CLAUDIA, que no pasa de ser retórica, es aquella de que será la militancia la que decida los que serán sus representantes.
Buena oratoria la que maneja mujer pero, a juzgar por las forma de operación del el Revolucionario Institucional, no dejan de ser bisutería verbal para endulzar el oído a los incautos.
Es difícil creerle a la guía priista lo que dijo y más eso de que “en éste proceso no habrá líneaâ€.
Doble contra sencillo que veremos caras muy conocidas de abanderados del tricolor y no precisamente por su trabajo de base sino debido a las “cuotas†que se dan a los grupos de interés y se hacen efectivas mediante el “dedazoâ€.
Haya usted si les cree. No olvide que son políticos de corte tradicional.
AL CIERRE
Entre los siete aspirantes a diputados locales por la vía independiente, los más adelantados en cuanto al apoyo ciudadano para hacer efectiva su candidatura, están OCTAVIO ALMANZA HERNíNDEZ del distrito 2 con cabecera en Nuevo Laredo y JOSí‰ ALFREDO Gí“MEZ HERNíNDEZ del distrito 15 que corresponde a Victoria.
Cabe señalar que la etapa para obtener el aval de los electores a los independientes empezó el 20 de enero y concluye el 18 de febrero.